Capítulo 24

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Capítulo 24

No era ni medio día cuando Jungkook pudo volver a sentarse sin que la cabeza le diera vueltas. Jimin le dijo que no era necesario limpiar su herida, la dawnguard era tan poderosa que cauterizaba parte del tejido lastimado.

—No comes, ¿verdad? —le preguntó más amablemente.

—No.

—Bueno —Jimin suspiró profundamente y cruzó las piernas—. He de reconocer que envidio que puedas guardar tus alas, yo no tenía esa capacidad cuando era un luz blanca. No podía moverme entre los humanos como si nada.

Jungkook le miró sin decir nada. Se sorprendió por el tono tan coloquial que Jimin le estaba dirigiendo. En comparación a lo que vivieron ocho horas antes, ahora parecía mucho más relajado con él. Y para él, era la primera vez que hablaba con un caído como Jimin; alguien que no se había corrompido hasta convertirse un ominoso. Percibió que Jimin mantenía esa aura celestial característica de los suyos, si bien era algo distinta, y por supuesto, carecía de alas.

—¿Dónde está Namjoon? —formuló eventualmente.

—Uh, le ha escrito Taehyung. Está esperándole abajo, creo que estarán aquí en unos minutos —expresó despreocupadamente—. Oye, ¿es la primera vez que has dormido? Alucinante, ¿verdad? La dawnguard daña tanto tu organismo, que hasta puede obligarte a descansar.

El azabache pensó en eso. Nunca antes había cerrado los ojos durante tanto tiempo. La sensación era extraña, se sentía exhausto, débil, pero por suerte la fiebre había desaparecido. Ahora sólo tendría que lidiar con el dolor extendido durante días, y el hecho de que no podría orbitar durante un tiempo.

—Te buscaré una sudadera —expresó Jimin, levantándose del sillón—. Creo que la talla de Namjoon te quedará bien. Dame un minuto.

Cuando el caído salió por la puerta, Jungkook decidió ponerse en marcha y enviar el parte de su lesión a la Esfera. Afortunadamente, los envíos de señales eran rápidos y muy precisos. No se necesitaba un gran uso de su energía para expedirlos. Jungkook alzó un par de dedos y liberó una pluma astral que salió despedida hacia arriba y rápidamente atravesó el techo.

Los mensajes que viajaban en las plumas astrales no se escribían con letras ni números, era un tipo de pulsación magnética que atravesaba la dimensiones. Su representación era similar al código morse que con antigüedad desarrollaron los humanos. Las plumas astrales siempre eran verdaderas, y siempre definían un hecho concreto: en su caso, la realidad de que estaba herido por un arma que le había dejado incapacitado para desplazarse entre dimensiones. Fin.

Era perfecto para saltarse el control. Los ángeles nunca bajaban a buscar o ayudar a otros; sólo los luces blancas respondían a urgencias y siempre eran a las de sus protegidos asignados. Por lo que, alguien tan peligroso como Jimin podría atacarle, maniatarle, aprovecharse de sus alas, de su sangre célica o utilizarle en un ritual para succionar su esencial, y jamás, nada ni nadie bajaría del cielo para echarle una mano. Esa era la pura realidad del altruismo de la especie celeste.

Jimin regresó con una sudadera negra con cremallera y la sostuvo en el aire, como si por un momento dudase.

—Espera, ¿prefieres una blanca, angelito? —bromeó—. No quiero transgredir vuestro sentido de la moda.

Jungkook quiso tomar la sudadera con gusto, lamentablemente, le dolía tanto el hombro que apenas podía mover el brazo derecho para introducir la manga. Jimin se la dejó sobre los hombros y en unos instantes más, le preguntó si ya había enviado la pluma astral. Jungkook le miró de medio lado, recordando que él también conocía el funcionamiento de las herramientas célicas.

Heavenly ⋆ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora