Cap 1: HOME

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Hace 30 años, la mamá de Lynda tomó la decisión de emigrar junto a ella, aún siendo una niña, del país que tanto daño les había hecho.

Llegaron a esta pequeña nación llamada Corea del Sur, cargadas de sueños y temores. No conocían a nadie, no manejaban el idioma, eran las dos solas contra el mundo, la adversidad y la discriminación.

Una joven señora Jeon fue la primera vecina en darles la bienvenida al barrio. Tanto ella como la familia, en su totalidad, les brindaron apoyo y las ayudaron mucho; convirtiéndose en su pilar fundamental durante todos los años posteriores.

***

Ese sábado estaban celebrando el cumpleaños número 65 de la señora Jeon; como siempre, Lynda junto a su mamá habían sido invitadas.

Nuevamente, se reunían todos ahí, en esa bonita mesa. La familia Jeon, ambos padres, los dos hijos, la esposa del mayor, Lynda y su mamá completaban la lista de asistentes; los que compartían alrededor de esa acogedora mesa, recargada de platillos deliciosos, bebidas alcohólicas tradicionales, risas y anécdotas.

- Lynda, aún me tienes esperando. Otro año más sin tenerte en esta mesa como mi nuera ¿Cuántos años más tendrán que pasar para verte casada con mi hijo?- Instintivamente todos miraron a Jung Hyun el hijo mayor, quien se encontraba sentado al lado de su esposa.

- ¡No! ¿Por qué todos miran a Jung Hyun si está sentado junto a mi nuera? Me refiero a Jung Kook y lo saben.

- Pero señora Jeon, usted sabe a la perfección que soy 15 años mayor que Jung Kook, de hecho, lo vi nacer y hasta fui su niñera- Lynda sonrió avergonzada- ¿Cuándo va a sacar esa idea loca de su cabeza? Aparte JK tiene novia nueva, no la vaya a escuchar decir esas cosas, mire que terminará odiándome sin siquiera conocerme.

- ¡Esa niñita no me gusta y bien que lo sabe Kookie! Aparte, para el amor no hay edad. Yo también soy mayor que mi viejo y bien que hemos sido felices durante todos estos años. Nada mejor que una mujer mayor para que le enseñe a un hombre las bondades de la vida. Así que no me rendiré hasta que seas la madre de mis nietos- dijo tajante y secamente la Señora Jeon.

- Mamá, noona, podrían dejar de hablar de mí y mi vida amorosa como si yo no estuviera presente ¡Se los agradecería mucho!- dijo JK con aires de molestia, pero manteniendo la calma.

- Está bien, cambiemos de tema - dijo el señor Jeon-. Hagamos un brindis por mi hermosa esposa que hoy cumple un año más de vida junto a nosotros. Llenando nuestra casa, con su presencia y su amor, y sobre todo, con su exquisita comida, con la que me sigue enamorando después de tantos años juntos- sonrió el señor Jeon al terminar la frase.

- ¿Sólo con la comida te enamoro todos los días?

- ¡No cariño! Con todo lo que haces me enamoras a diario, con tu total existencia. Pero no podemos negar que tu comida es de otro planeta- dijo sonriendo y extendiendo sus brazos.

- Está bien, creo que me convenciste- sonrió la señora Jeon, golpeándole el hombro.

Todos alzaron sus copas y brindaron felices, deseándole muchos años más de vida a la mujer más importante de la casa.

***

Al terminar la velada, Lynda se fue con su mamá y se quedó a dormir con ella, esa noche.

Si bien ambas vivían separadas, Lynda pasaba gran parte del tiempo en casa de su madre, haciéndole compañía. Le apenaba mucho ver que, a pesar de que pasaran los años, su madre siguiese temiéndole al amor y las relaciones de pareja.

Por más que Lynda insistía, no lograba convencerla de rehacer su vida en este aspecto. Por este motivo y por miedo a dejarla sola, para la chica, el decidir independizarse, había sido muy difícil. Por eso, si bien la muchacha era dueña de su propio espacio, visitar a su madre era un acto recurrente.

LA EDAD ES SÓLO UN NÚMERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora