Cap 2: 2 U

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- ¿Qué es ese olor tan rico? - dijo fuertemente Jung Kook, mientras salía de la habitación, después de haber dormido un par de horas.

- ¡Estoy cocinando! - gritó Lynda desde la cocina.

- ¿Eso no es coreano? Creo que ese olor no me es para nada familiar. Aunque, tal vez sí, creo que tu mamá lo ha cocinado ¿O me equivoco? - preguntó asomando su cabeza en la puerta de la cocina.

- Estás en lo correcto, es comida del país en que nací.

- ¿Cómo se llama?

- Cazuela- respondió Lynda, en español.

- ¿CA qué? - preguntó JK, confundido.

- ¿Aún estás dormido? - preguntó Lynda, sonriendo-. Anda a lavarte la cara mejor será, a ver si así me entiendes mejor y despiertas.

- ¡Uy, qué pesada! ¿Tanto te cuesta volver a decírmelo? - dijo Jung Kook, revolviendo el cabello de Lynda y dejándola completamente despeinada.

- ¡Cabro chico te voy a matar!- dijo Lynda en un enfurecido español.

Si bien Jung Kook no logró entender las palabras de la chica, no necesitó ser un adivino para saber que la había hecho enojar y que debía arrancar. Decidió correr y encerrarse en la habitación, cuando vio a Lynda con el cucharón en la mano y con intención de golpearlo.

- ¡Mira cómo me dejaste! - dijo casi rugiendo-. Sal ahora mismo con el cepillo de pelo en la mano y me arreglas el cabello, o meteré tu cabeza en la Cazuela y me la comeré.

- ¿En la CA qué? - volvió a decir Jung Kook entre risas. Lo que produjo que Lynda explotara en una carcajada.

- ¡Te odio! ¿Lo sabías? - dijo la muchacha golpeando la puerta de la habitación, la que se abrió lentamente.

- ¡Me amas y lo sabes! - dijo JK con el cepillo de pelo en la mano.

En ese preciso momento y entre disculpas, comenzó a peinar el cabello de la chica, dejándolo en las mismas condiciones en las que estaba antes de que él, decidiera desordenarlo.

- ¿Me perdonas? - dijo mirándola tiernamente, inclinándose para bajar a su altura y poder verla directo a los ojos - ¡Nunca más, lo prometo! - volvió a decir Jung Kook, utilizando todo el aegyo que se le ocurría en ese momento.

- ¿Por qué no me puedo enojar contigo, maldito Cabro Chico? - dijo entre resignación y risas, la muchacha.

- ¿Qué significa eso que dijiste recién? - preguntó el chico, confundido.

- ¿Qué Cabro Chico? - preguntó Lynda posando sus dedos en la barbilla, pensando una respuesta-. Es lo mismo que Bebecito, pero más despectivo.

- ¡Ah, perfecto! - exclamó JK, poniendo ambas manos a los costados de su cintura-. Ahora resulta que no me dirás Bebecito, pero ocuparás una expresión peor ¡Gracias por eso Noona, eres la mejor! - dijo intentando poner cara de enojo.

- ¡Ya cállate de una vez por todas! - dijo Lynda golpeando suavemente su brazo- ¿Te vas a quedar a almorzar o no?

- ¿Me vas a enseñar, con paciencia, a decir el nombre de la comida? - preguntó JK, mirándola tiernamente, cuál conejito bebé.

- Su nombre es CA- ZUE- LA, Cazuela- dijo dulcemente Lynda.

-CA- ZU- E... - la miró con cara de interrogación.

- LA- respondió rápidamente Lynda.

- CA- ZUE- LA, Cazuela - logró decir JK, mirándola, buscando su aprobación.

- ¡Muy bien! Eso mismo- dijo con una amplia sonrisa. Lo que hizo que Jung Kook comenzara a saltar de emoción, repitiendo la palabra una y otra vez, mientras tomaba a Lynda de las manos y la hacía saltar con él.

***

Se sentaron a la mesa y disfrutaron del delicioso platillo que había cocinado la chica.

- ¡Wow, la cazuela está deliciosa! - dijo orgullosamente JK- ¡De verdad está muy rica, te felicito! Me alegra haberme quedado a almorzar ¿Qué comeremos a la cena?- dijo entre risas-. De verdad no me quiero ir hasta la noche ¿Me puedo quedar? ¡Por favor!- dijo suplicante.

- ¡Claro! Pero no me pidas que te haga compañía, porque de verdad tengo mucho trabajo pendiente y necesito terminarlo hoy, sí o sí.

- ¿Te puedo ayudar en algo?- preguntó tiernamente el chico.

- ¡Claro que sí! Toma la guitarra que dejaste el jueves en mi habitación y ponte a cantar. Sabes que amo escuchar tu voz. Así me haces compañía y me das ánimo mientras trabajo ¿O es mucho pedir?- dijo esta vez Lynda, muy tiernamente.

- ¡Claro que no! Feliz de la vida, canto, hasta que termines de trabajar.

- ¡Eres el mejor!- dijo Lynda con una bella sonrisa, regalándole un beso en la mejilla al muchacho, quién quedó de piedra con el gesto de su amiga.

Estaba muy acostumbrado a ser él quien la besara en la mejilla, nunca había recibido un beso de parte de la muchacha, por lo que quedó aturdido un par de segundos. Pero Lynda no logró percatarse de ello.

- Yo recogeré la mesa y lavaré los platos. Preocúpate de tu trabajo. Apenas termine, me pongo a darte un concierto particular- dijo entre risas Jung Kook, poniéndose de pie e intentando esconder el sentimiento que, ese pequeño beso, le había producido.

***

Lynda se encontraba muy concentrada en sus quehaceres. JK fue hacia la habitación, tomó su guitarra, se sentó junto a ella en silencio y comenzó a cantar.

El chico tenía la voz más linda de todas, y la muchacha siempre había tenido el privilegio de ser parte de su público VIP, por lo que le llenaba de felicidad, cada vez que este accedía a cantarle.

Desde niño, el talento vocal de Jung Kook había quedado al descubierto, pero, por lo general, prefería cantar sólo cuando había dinero de por medio, o sea, en su trabajo en el Bar. Se sentía muy expuesto cada vez que cantaba frente a desconocidos, por lo que, en su trabajo siempre escogía canciones que no lo hiciesen reflejarse en ellas. En cambio, con Lynda, era todo lo contrario. Por una extraña razón, que ni él mismo podía explicar, cantarle a la chica lo desbordaba de energía y felicidad, lo hacía olvidarse de todo y entregarse a su pasión, libre, sin complejos ni temores.

Desde siempre, Lynda había agradecido ese gesto, era su fan número 1. La voz de JK había estado ahí para ella, en sus momentos de alegría y en los de mayor pena. Su mejor amigo, siempre, se había mostrado generoso con su voz, cuando de ella se trataba.

Para JK, Lynda era su público ideal. Para Lynda, Jung Kook era su artista favorito.

~♡~
Funkysses

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