Cap 12: JUST ONE DAY

50 7 19
                                    

El beso profundo e intenso que, recibió Jung Kook por parte de Lynda, le hizo saber al instante que la chica aceptaba su amor, y que lo que él sentía por ella, no era unilateral, sino que, todo lo contrario. Con felicidad comprendió que, los 20 años de espera habían valido cada minuto, cada segundo. Ese beso confirmaba un amor mutuo, un amor profundo, un amor real.

Jung Kook tenía a Lynda entre sus brazos, y la aferraba a su pecho, mientras la besaba. Lynda por su parte, apretaba sus dedos contra la cabeza del muchacho, entrelazándolos con su suave y largo cabello. La pasión, casi bordeando la desesperación, se hacía presente entre ellos con cada movimiento de sus bocas. La sed producida por el elixir del encuentro de sus bocas, no les permitían separarse, haciendo de ese beso, un instante eterno e interminable.

No querían soltarse, querían hacer de ese, su primer beso, un viaje infinito, sin paradas y sin regreso, pero sabían que debían ponerle fin en algún momento, ya que había mucho por decir.

A regañadientes se separaron y se quedaron un buen rato ahí, en silencio, mirándose a los ojos, mientras se regalaban sonrisas y dulces caricias.

- Supongo que después de esto, no viene un rechazo ¿O sí? - preguntó el chico abriendo sus ojos y poniendo esa carita de conejito que tanto derretía a Lynda.

- Claro que no es un rechazo- sonrió- ¿O acaso lo sentiste así? ¿Tan malo fue? - preguntó Lynda con cara de confusión.

- Claro que no, fue por lejos, el mejor beso que me han dado en la vida. Fue mucho mejor de lo que había soñado. - respondió este.

- ¿Soñaste con besarme, alguna vez?

- ¿Alguna? Mil veces soñé que te besaba... Y que te hacía otras cosas, también- dijo el chico sonriendo coquetamente, mientras Lynda le golpeaba suavemente el hombro y reía tapando su rostro.

- ¿Qué vas a hacer esta noche? - Le preguntó Lynda a JK, con la mirada fija y sin pestañear.

- Voy a estar contigo- respondió rápidamente el chico, mientras la apretaba aún más fuerte de la cintura y la acercaba a su cuerpo.

- Está bien- respondió la muchacha. Esta noche, tú y yo, nos quedaremos juntos...

***

Al llegar a la entrada del departamento y pararse frente a la puerta junto a Jung Kook, Lynda por primera vez, sintió mucho nervio; una sensación fría le recorría el cuerpo de la punta de los pies a la punta del cabello.

Incontables veces habían estado juntos y solos en ese lugar, pero era esta, la primera en la que compartirían el mismo techo, a sabiendas de los sentimientos del otro y después de haberse besado casi con desenfreno.

Independiente de ser una mujer adulta que, ya sabía del amor y sus matices, Lynda sentía que había viajado en el tiempo y que toda su sabiduría, en este aspecto, se esfumaba en el aire. Había besado, había tocado cuerpos ajenos, había vivido todo lo que una mujer espera a su edad, pero en ese instante, se sentía vulnerable, nerviosa, se sentía una novata en el amor, ya que nunca antes, había amado como lo estaba haciendo en ese preciso momento...

Al entrar al lugar, Lynda le ofreció algo de beber a JK. El muchacho, intentando calmar su cuerpo que temblaba cuál gelatina, le preguntó si tenía alcohol, esperando encontrar en él, la valentía perdida tras la puerta que había cerrado minutos atrás.

Afortunadamente, la chica respondió que sí, lo que aportó un pequeño grado de confianza en él, lo que le permitió moverse, dirigirse al sillón y plantarse ahí.

Lynda, entró a la cocina, tomó una de las botellas de vino que tenía en la despensa y dos copas. Respiró profundamente un par de veces, se armó de valor y salió del lugar rumbo al sillón, en el que se encontraba el muchacho, y se sentó junto a él.

JK tomó la botella, la descorchó, y tembloroso, sirvió el líquido en ambas copas.

- ¿Puedo brindar? - le preguntó tímidamente a Lynda.

- Supongo que sí- respondió la chica confundida por la pregunta.

- Quiero brindar- dijo levantando su copa-, porque frente a mí, está la mujer más hermosa que pisa esta tierra. Porque la amo desde que soy un niño, y la amaré hasta que sea un abuelito. Aunque ella será abuelita mucho antes que yo- dijo soltando una carcajada. A la que Lynda respondió con una similar.

- ¡Ridículo! - respondió esta, entre risas- ¡Pero es verdad, nada que hacer! - se encogió de hombros- Sólo a esta señora de edad, se le ocurre enamorarse de un cabro chico como tú- expresó entre risas.

- ¿Estás enamorada de mí? - dijo Jung Kook, cambiando su semblante risueño a uno muy serio y sorprendido. La miró fija y expectante, esperando una respuesta.

- ¿Qué, crees que eres el único que guarda un secreto? - sonrió coqueta la chica. - Sí, estoy enamorada de ti. Traté de luchar contra eso, por mucho tiempo, pero no lo conseguí. - dijo bajando la vista.

- ¿Por qué luchaste contra ello? - preguntó el chico confundido.

- ¿Por qué? - preguntó Lynda, sorprendida. - Porque me di cuenta de que estaba enamorada de ti, cuando cumpliste los 21. Yo ya tenía 36 años, ¿Crees que eso es muy normal? Me sentí pésimo, hasta cuestioné mi integridad como persona, casi me visualicé como una delincuente - comentó tapando su rostro-. Pero me calmó el hecho, de que lo descubrí cuando cumpliste la mayoría de edad, y no antes, eso sí, que habría sido extraño.

- ¡Qué pervertida! - dijo entre risas, JK

- ¡Ya basta! Me haces sentir mal - dijo la chica y lo golpeo, en su pronunciado pectoral.

- Es una broma, no te enojes. - dijo depositando la copa en la mesa, tomando la de Lynda y dejándola donde mismo, para atrapar a la chica entre sus manos y acercarla a él.

- A los 21, yo ya me veía como un hombre. Todo el mundo pensaba que tenía mucha más edad, así que no te preocupes, no te sientas culpable por nada, por favor, ¡Nunca lo hagas! - dijo acercándose al punto de rozar los labios de Lynda -. Agradezco que me vieras como uno, en ese entonces, pero más habría agradecido que me lo dijeras. Así podría haberme evitado salir con todas esas muchachas, mientras lo único que anhelaba con locura, era tenerte entre mis brazos.

Terminó de decir eso, posó sus labios en los de Lynda y comenzó a besarla una vez más. Esta vez, el temblor del cuerpo, los nervios y el pudor, se convirtieron en una incipiente pero arrolladora pasión.

Lynda comenzó a experimentar cómo el calor aumentaba en ella y hacía de las suyas en su piel. Llevaba tiempo soltera, y lo peor de todo, llevaba cuatro años deseando, con demencia, al muchacho que, con desenfreno, comenzaba a besarla en ese instante.

...Un sentimiento extraño inundó a la chica. Detuvo el beso, apenas sintió que las manos de Jung Kook se posaban en sus muslos...

- Si no quieres que vayamos tan rápido, lo entiendo- dijo el muchacho avergonzado, sacando sus manos del lugar en el que las había ubicado -. Es sólo que, llevo esperando mucho por este momento, y no quiero perder ni un segundo más- dijo apenado, mientras escondía sus manos dentro de la camiseta, y plantaba la mirada en el suelo.

- No es eso, es sólo que... ¿Estás seguro de esto? ¿Estás seguro de que estamos haciendo lo correcto?

- ¿Qué es lo correcto? ¡Yo no quiero hacer lo correcto! Yo quiero hacer lo que me llene de felicidad, lo que me dé vida... Y tú eres mi felicidad, tú completas mi vida. Tú, eres el centro de mi universo - dijo mirándola, casi de reojo, aún con la cabeza gacha. A lo que Lynda respondió con una amplia y coqueta sonrisa.

La chica levantó el rostro de Jung Kook con sus manos y lo volvió a besar. Después de haberle escuchado decir esas palabras, y de la convicción real que había en ellas, Lynda decidió despojarse de los temores, cargarse de coraje y disfrutar el momento en forma total y plena.

~♡~
Funkysses

Si te gusta lo que lees, te invito a seguirme, activar las notificaciones, comentar y dejar tu estrellita ☆...

¡¡Gracias!!

LA EDAD ES SÓLO UN NÚMERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora