CAPITULO IV

210 22 12
                                    

-¿Que hora es?. - Susurró Armin mientras tomaba sus lentes de la mesa de noche que se encontraba a su lado.

Se los colocó y pudo ver con claridad que es lo que le estaba aplastando el estómago, la mano de Eren se encontraba rodeandole la cintura.

¿M-ME ESTÁ ABRAZANDO?

Aunque le gustaría haberse quedado así, al despertar definitivamente sería completamente incómodo, no hizo más que tomarle con delicadeza de su mano y quitarla para poder levantarse y no despertarle.

Soltó un suspiro aliviado de que no se levantara y caminó hasta el baño tomando así su ropa.

Tomó una ducha rápida y se cambió de ropa poniéndose nuevamente la que anteriormente llevaba.

No podía creerse que aquel le pudiese abrazar con tanta ternura, era tan cálido estar entre sus brazos que definitivamente no quería irse de ahí.

Estaba tan ocupado pensando en cómo aquel le abrazaba por su cintura que no se dio cuenta cuando el contrario ya se encontraba despierto.

-Veo que ya te...-

El celular de Armin había interrumpido a Eren, aquel atendió la llamada puesto que trataba de su abuelo.

-Si, en unos minutos voy de regreso.

Habló Armin mientras tomaba asiento en la cama del contrario.

Después de unos cuantos minutos colgó y giró su mirada hasta Eren.

-Tengo que irme, mi abuelo quiere que le ayude a abrir la tienda.

-Quería desayunar contigo pero no te quiero retrasar.

-No te preocupes, de igual forma nos vamos a volver a ver para la fiesta de Jean, ¿no es así?

-Tienes razón, pasaré por ti, ¿vale? .- El castaño sonrió con entusiasmo.

Armin sólo se limitó a asentir y despedirse sin más para después salir de ahí con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba realmente feliz de poder haber pasado ese tiempo con él, y más aún de ir a una fiesta juntos.
Tendría que buscar que es lo que elegiría.

Mientras aquel se encargaba de llegar a su casa, el castaño no hizo más que bajar de su habitación, decidió hacerse una desayuno no tan elaborado puesto que ya le ganaba el hambre y quería comer de inmediato.

Se sentó en su comedor para empezar a desayunar. No tardó mucho en que su mamá llegase y de igual forma se sentase frente suya.

-¿Ha venido alguien?.

-Ah, si, ha venido Armin.

La madre de aquel se exaltó puesto que ya hacía tiempo que no se habían hablado.

-¿Ah si? ¿Y que tal te fue?.

-En realidad todo fue bien

-Me alegro que te hayas podido hablar nuevamente con Armin.

-Si...

-Creo que lo necesitabas, te hace bastante bien.

Aquel solo sonrió levemente, se llevó el último bocado a su boca. Fue interrumpido por su celular recibiendo una llamada de Levi.

Aquel sin dudarlo contestó.

-¿Levi?¿Que pasa?

-Ahmm...ven a mi casa.

-Estás bien, te escuchas realmente mal.

-Eren, necesito que vengas.- Ordenó el pelinegro el cual se encontraba ebrio.

El último semestre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora