CAPITULO V

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Había estado sonando el celular por mas de 5 minutos y finalmente se despertó, tomó el teléfono observando con los ojos entrecerrados quien era la persona que le había despertado de esa manera.

Era Armin hablándole, de inmediato se libró del brazo que le abrazaba por el pecho y atendió la llamada mientras se levantaba de la cama y se alejaba un poco para no hacer ruido.

*En la llamada*

—Lo siento Armin, me he quedado dormido y se me ha olvidado por completo.

—Ahmm...está bien.

—Solo me cambio rápido de ropa y voy por ti.

—Bueno, yo te espero.

Ahora nos vemos.

*fin de la llamada**

El castaño no hizo más que volver a regresar a su casa, pero antes de que aquel se fuese, el pelinegro le detuvo.

—Vuelve a dormir, me tengo que ir.

—¿A donde irás?—. Habló el mayor mientras se acomodaba en la cama.

—Iré a la fiesta de Jean, hablamos luego.—

Aquel solo asintió y el castaño se alejó de la habitación dejando a un Levi celoso y algo adormilado.

Aunque no le había dicho nada al respecto y a pesar de que acordaron no tener sentimientos el uno por el otro, aquel no podía obligarse a no sentir celos del rubio que le había llamado.

[...]

No tardó tanto en llegar a su casa, se duchó lo más rápido que pudo, se vistió con una camiseta básica blanca, acompañada de una chaqueta de cuero negra, sus jeans rotos y una que otra cadena en su pantalón, el cabello se lo recogió como de costumbre.
Salió de su habitación y bajó las escaleras con rapidez.

-Eren, ¿a donde vas tan apresurado?.- Habló su mamá mientras limpiaba algunos cubiertos.

Aquel se detuvo en seco y se giró hasta su madre.

-Voy por Armin para salir un rato, pero ya voy un poco tarde.- se rascó ligeramente la nuca.

-Hmm...toma mi coche, quiero que cuando llegues no tenga ningún rasguño, ¿me oíste?.- Amenazó para después señalar un suéter que se encontraba colgado en un perchero.

Caminó hasta el perchero y buscó las llaves hasta que finalmente las encontró.

-Gracias madre, regresaré temprano.-

Su madre solo asintió y aquel finalmente tomó camino hasta la casa de Armin.

No tardó nada en llegar puesto que ahora llevaba el coche y se le facilitaba moverse. Justo cuando había llegado se encontró al rubio sentado fuera de su casa, algo desanimado y definitivamente era por su culpa, se prometió a si mismo subirle los ánimos y tratar de remendar lo tarde que había llegado.

-¡Vamos Armin!-. Le gritó el castaño desde el coche.

Aquel miró hasta este y se sorprendió puesto que no esperaba que fuese por él así, sin más caminó apresuradamente hacia el asiento del copiloto y se montó en el coche colocándose su cinturón de seguridad. Aquel castaño le dedicó una sonrisa y notó de inmediato que aquel no tenía sus lentes.

-Armin, ¿puedes ver sin tus lentes?.-

-Oh, no...- Bajó ligeramente su mirada pues le daba un poco de vergüenza.- pero me he puesto unos pupilentes que me ayudan a ver sin necesidad de ellos.-

El último semestre.Where stories live. Discover now