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Tsukishima tenía acorralado a Yamaguchi en la cama. El rubio encima del otro mientras seguían besándose y acariciandose.

—Te acabas de bañar— bromeó con poco aire el moreno pues era constantemente interrumpido por los besos del más alto.

—No soy yo el que se va a ensuciar— Yamaguchi se confundió con sus palabras pero se dio cuenta a lo que se refería su novio cuando este lo volteó boca abajo, quedando con la espalda al aire. —Además, ¿qué no en la mañana te bañaste muy bien por si algo pasaba?— el peliverde se sonrojó un poco y se mordió el labio.

Tsukishima le seguía besando pero esta vez en los hombros y cuello, acompañando el vaivén de su lengua junto con pequeñas mordidas que sólo hacían que la ropa del otro se mojase.
Al darse cuenta de esto mismo, le quito la camiseta gris para presenciar mejor el tatuaje que rondaba desde sus omóplatos hasta su columna junto con las pecas que estaban por ahí.

En otras circunstancias, le hubiese encantado estar contemplandolas y uniendolas, haciendo figuras pero ahora era en lo que menos pensaba.

Siguió besando y mordiendo pero ahora sus manos se encontraban en muslos del más bajo, acariciando un poco fuerte para después sobarle. Iba a quitarle el pantalón al contrario hasta que sintió un apretón en su parte baja.
Quitó la mano morena de su miembro para susurrarle al oído.

—No me dejaste tocarte hace rato, ¿no?— la burla se escuchaba en su voz porque ni siquiera la quería ocultar, le divertía ver que ahora era él el que estaba en control. 

Con las manos un poco nerviosas, retiró el pantalón del peliverde para dejarlo en ropa interior solamente. Le dio la vuelta de nuevo para poder verlo de frente y así fascinarse un poco más de él, en una faceta que nunca pensó ver pero aún así le encantaba. Aunque el moreno estuviera con tatuajes grandes y aretes en lugares que no sabía que se podían poner, sus ojos eran iguales.
Los ojos de los que se enamoro y estaba enamorado.

—Tadashi, me tienes hechizado— se acercó a besar la boca del otro, cuidando de no aplastarlo con una mano en el colchón y otra en la nuca de su pecoso.

El beso siguió lento para tomar forma y empezar a ser uno animal. Las mordidas se hicieron presentes al igual que los jadeos y choques de dientes accidentales debido a la fuerza de la unión de sus labios.

Yamaguchi abrió los ojos y movió sus manos hacia la cara del rubio e intentar quitarle sus lentes (cosa que no le permitió).

Tsukishima negó mientras se los acomodaba de nuevo —Te quiero ver bien— se escuchó una risilla de parte del moreno.

Todo se sentía tan diferente al encuentro matutino, la lujuria se sentía presente pero un ambiente más amoroso y pasional que sexual.

El rubio empezó a acariciar el miembro ajeno por encima del bóxer mientras su novio se dedicaba a gemir bajo. Bajó su ropa interior para por fin sacarlo del encierro y poder masajearlo con su mismo líquido.
Los gemidos de Yamaguchi se hicieron más fuertes, incluyendo los movimientos involuntarios que hacian sus caderas al querer más contacto.

Kei no se perdía para nada las caras de su novio, se sentía como un pervertido pero con tan sólo ver al peliverde disfrutando de su tacto sentía como si el mismo estuviese recibiendo la misma cantidad de placer.

Cuando se dio cuenta que el miembro del moreno empezaba a palpitar, lo soltó de repente haciendo que el más bajo soltara un jadeo de queja.

—Tsukishima Kei, te juro que si me dejas así— fue interrumpido por un beso por parte del mencionado.

—Volteate—

—¿Hm? ¿quieres ser dominan‐ —la burla del pecoso fue cortada al momento en que el pálido le dio la vuelta de nuevo, dejando su culo al aire.

𝒍𝒆𝒘𝒅 𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕𝒔~𝐓𝐬𝐮𝐤𝐤𝐢𝐲𝐚𝐦𝐚 𝐫18Kde žijí příběhy. Začni objevovat