Capítulo 26

1.3K 180 13
                                    


'Tienes ganas de aprender y de entender a la familia, pero la respetas'.

Allen rezó en su corazón para que esta joven dulce y brillante estuviera con él en esta casa durante mucho tiempo.

◈◆◈◆◈◆

La nieve blanca revoloteaba contra el cielo nublado.

En el camino de la nieve blanca, un elegante carruaje corría lentamente con una luz tenue.

En el remolino de nieve, se vio el rastro del Gran Duque La Carte y desapareció.

El carruaje que llevaba el emblema del Gran Duque pronto se detuvo en la entrada de la magnífica mansión.

- "¿Cómo ha estado, mi señor?"

Todos los habitantes de la casa salieron a saludar a Matías, que había estado en el territorio.

En el exterior, había una fuerte nevada de finales de invierno, por lo que la nieve blanca cayó sobre los hombros de Matías en cuanto salió del carruaje.

Ariel no salió al exterior, sino que, como anfitriona, se quedó dentro de la mansión de pie en la puerta principal y saludó a Matías.

Matías, que estaba sacudiendo los hombros y entrando sin reconocer los saludos de los sirvientes, se detuvo al ver a Ariel.

- "Ariella".

Ariel se levantó suavemente el dobladillo de la falda para saludarlo.

- "Bienvenido, Sir Matías".

Matías hizo una señal con la mano a Dalton, que le seguía.

Dalton le tendió rápidamente la caja que llevaba en la mano.

- "Es un regalo".

Matías le tendió a Ariel una caja bellamente empacada.

El corazón de Ariel palpitó por un momento.

'He leído esto de un libro'.

Ariel estaba leyendo un libro ilustrado que le había regalado Dalton en estos días.

En el libro había muchos niños de su edad, que esperaban los regalos cuando su padre salía y volvía.

Incluso había veces que le rogaban a su padre que les trajera un regalo antes de salir.

Ariel pensó que eso no le ocurriría en toda su vida.

Lo único que podía esperar de su padre biológico, el marqués, era la indiferencia.

Prefería que no le prestara atención a que la golpeara o la maldijera.

Cuando Ariel vivía con el Marqués, se sentía aliviada cuando su padre estaba fuera, y cuando llegaba la hora de volver, se aterrorizaba.

'Nunca he sentido la emoción de esperar el regreso de mi padre como los niños de los libros'.

Ariel tenía un poco de curiosidad por saber qué se siente al ser una hija que espera a su padre.

- "......"

Ariel, que recibió la caja de regalo de Matías, se sonrojó y enroscó los dedos de los pies.

'Creo que... ya sé un poco lo que se siente'.

A pesar de que son padre e hija unidos por la ley, le pareció ridículo pedirle un regalo porque sólo era el padre de su marido, no su verdadero padre.

LPDGDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora