ღ Capítulo 25 ღ

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Intentando escapar de su despacho, completamente avergonzado, Volkov dio media vuelta avanzando a paso rápido hasta su habitación. Apenas ingresó fue alcanzado por el de cresta, quien tomándole de la muñeca para detenerle, rompió sin querer la bolsa de papel que el peligris aún traía en sus brazos, dejando caer justamente lo que intentaba ocultar.

Horacio con curiosidad se agachó a recoger aquellas pequeñas cajitas y un botecito de transparente líquido, reconociendo prontamente de qué se trataban aquellos productos, pues era lo que acababa de ver descritos en las mismas hojas que habían volado en el despacho. Alzó su cabeza sintiendo su respiración acelerarse nervioso, notando recién que Viktor estaba sentado al borde de su cama ocultando su rostro entre ambas manos.

—Pero... ¿Qué ocurre? ¿Por qué huyes así de mí? — preguntó con tristeza.

—Perdóname Horacio... No quería que esto fuese así ni que pensaras mal de mí. Y-yo no sabía si tú querías qu... —

—Sí quiero — se apoyó en su hombro con suavidad, murmurando —Sí quiero hacer esto — su tono de voz sonó entonces con entusiasmo —¡De hecho viendo los dibujos y las explicaciones ya sé cómo encontrar la 'patata' esa! —

El rostro de Volkov salió de entre sus manos con visible confusión —¿Te refieres a... la 'próstata'? — preguntó en tono neutro, sin poder aguantar la risa mientras veía el ceño del moreno fruncirse de frustración. Viktor aun riendo estiró su brazo, posándolo en la espalda baja de Horacio para acercarle a su cuerpo. Su otra mano acariciaba la mejilla del de cresta mientras sus labios se rozaban inocentemente —Está bien... todo está bien, vamos a intentarlo juntos ¿Si? — susurró contra sus belfos. Las miradas de ambos conectaron de forma innata, buscando la confianza en el otro para atreverse a continuar. El brillo de sus ojos les llamaba, cargado de ansias, invitándoles a probar sin restricciones sus cuerpos.

Sin darle más vueltas, sus bocas se unieron en un inquieto beso, con sus ojos ahora cerrados se dejaron llevar recostándose ligeramente en la cama. Sus lenguas peleaban deliciosamente entre encantadores jadeos. Horacio sintió al peligris bajo suyo quitar sus pantalones y bóxer, dejándole sólo en camiseta. Aquellas blancas manos no tardaron en recorrer su cuerpo llenándole de suaves caricias que lograron encenderle aún más, ahogando pequeños gemidos sobre la boca de Volkov. Como pudo, el de cresta comenzaba a deshacerse de la camisa del ruso al igual que el pantalón, sin dejar de besarse en ningún momento. El calor de sus pieles frotándose junto al chasquido de sus húmedos besos les envolvían deliciosamente, nublando sus mentes. Horacio bajó sus besos hasta el cuello del ruso, sabiendo que era su zona sensible. Sus palpitantes miembros rogaban por atención, desesperando a ambos.

En un suave movimiento el moreno se arrodilló entre las piernas de Volkov, retirando por fin su ropa interior. Apenas hizo esto, el peligris se removió de su sitio dispuesto a cambiar de lugar para continuar con lo que tenía en mente, pero fue detenido por la mano de Horacio en su pecho —Quédate donde estabas... — espetó mientras tomaba en sus manos el botecito de líquido transparente.

Viktor en su confusión intentó explicarse —Pero, creí que iba a ser yo quien... —

—No, ni pienses que algo así va a estar dentro mío — advirtió con total seguridad, para luego bajar su mirada y murmurar —Porque me da miedo... —

Suspirando resignado el peligris le sonrió, buscando sus labios una vez más en un tierno beso antes de volver a recostarse. Después de todo, no tenía problema en experimentar aquello, cualquier cosa estaría bien mientras fuese con él.

Horacio se tomó todo el tiempo necesario, con total calma dejaba besos en la cara interna de los muslos. Su lengua también se adueñaba de aquella sensible extensión de piel, dejando suaves lamidas a lo largo de ésta mientras veía al ruso removerse fascinado bajo su toque. Recorriendo con su lengua toda la zona dio especial atención a su erección, oyendo el incipiente gimoteo de Volkov. Aprovechó que estaba distraído y disfrutando, para verter lubricante en sus dedos, posicionándolos en aquel rosado anillo con suavidad.

🐺🏹• Cuídame  • Volkacio AU [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora