03. Somos novios, pero no homo

398K 37.5K 268K
                                    

—Eres gay

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Eres gay.

Es lo primero que mi mamá me dice apenas abro la puerta de la casa. Ella está parada de jarras, frente a la puerta, como si hubiera estado esperándome todo este tiempo. Sus ojos no se despegan de mi rostro, parece que está buscando alguna señal que le diga «sí, mamá, lo soy», pero dudo mucho que viéndome los mocos pueda encontrar algo. No es como si mis mocos tuvieran algún cartel que diga «efectivamente doñita, a su hijo le gusta los palitos que cuelgan». Si eso fuera posible, ellos tendrían uno que diría «señora, su hijo está pendejo, en lugar de declararse a su crush ahora tiene un novio, y aparte es géminis, lo hubiera abortado antes, no mame».

¿Es muy tarde para intentar abortarme a los 17? Pregunta seria.

Le sonrío nervioso. Había olvidado por completo que le había soltado que me confesé a un chico, así que su bienvenida sí me tomó por sorpresa. Todo el día estuve pensando en la propuesta de Edward y no tenía cabeza para nada más que él.

Es irónico pensar que esta mañana me aterraba la idea de Edward ahorcándome, ahora, luego de lo que sucedió en el baño, yo tengo ganas de ahorcarlo a él por no haberme ahorcado. Sé que suena como un trabalenguas, pero quiero decir que todo sería más sencillo si él hubiera sido el homofóbico que todos decían que era y no el chico amable que conocí esta mañana, o sea, hasta puso flores en mi casillero por Dios. Flo-res. Jamás me habían regalado flores. La verdad me hubiera gustado recibir flores en el funeral que pudo haber habido si Edward me hubiera dado una paliza.

Hubiera preferido estar muerto o estar unas semanas en el hospital que fingir estar en una relación. Dolería más, pero eh, al menos tendría una rinoplastia gratis. ¿Quién no quiere una rinoplastia gratis?

Le echo una rápida mirada a mi mamá y no puedo descifrar lo que está pasando por su cabeza, sin embargo, por la manera tan dura en la que frunce su ceño, puedo decir que tiene muchas preguntas. Oh, mamá, créeme, no eres la única con un montón de preguntas, yo también las tengo. Empezando con un «¿cómo es que sigo vivo después de haber hecho y dicho demasiadas estupideces en mi vida?» y terminando con un «¿por qué no me lanzo de las escaleras para golpearme la cabeza y decirle a Edward que perdí la memoria y que no recuerdo nada de lo que pasó en las últimas horas?», sí, esa idea sonaba tentadora, pero la parte de lanzarme por las escaleras y perder mi vida en el proceso sonaba aterradora.

Aunque no tan aterradora como la idea de salir con un chico.

Tomo un respiro hondo.

—No lo soy mamá. —Cierro la puerta detrás de mí y paso a su lado. Ella asiente, sin hacer más preguntas, hasta que suelto:— Pero mi novio sí.

Escucho como se atraganta con su saliva y no puedo evitar reír bajito por su reacción, no obstante, esa pequeña risa no me dura mucho porque me callo cuando caigo en cuenta de lo escalofriante que sonaba decir en voz alta que tengo novio. Nunca en mi vida creí que usaría esas palabras.

Una perfecta confusión Where stories live. Discover now