Extra III

83.5K 8.4K 31.4K
                                    


Antes que nada, ¡gracias por los 10 millones de leídas! Omg, en qué momento llegamos tan lejos?<3 No estoy segura de por qué llegó tanta gente a mi bebé, pero gracias a ti, lectora bella por darle una oportunidad a mi historia. No sabes la alegría que me da ver que a mucha gente le gustó una historia que escribí cuando más aterrada estaba del futuro, pero de verdad te agradezco de todo corazón por estar aquí, por darle amor a mi primer bebé. Todo lo que he conseguido es gracias a ustedes<3

Ahoraa, segundoo, este capítulo está eeeem JSJSJS ya ves, amiguite, explícito. Si no te gusta este contenido (o quieres leerlo por presión porque quieres leer mas de los personajes) no te recomiendo que lo hagas. Tengo otro librito en mi perfil que se llama "Extras" donde subo pequeños extras de esta novela, intentaré subirte extras cortitos y tiernos para que también tengas contenido de ellos! Lo más importante para mí es que se sientan cómodos leyendo, sobre todo cuando hablamos de una romcom que no traía escenas spicy. Es por eso que, si decides no leer, haré lo mejor que pueda para escribirte extras sin nada de ese contenido.

Gracias de nuevo por seguir aquí. ¡Les quiero muchísimo!<<33 

*** 


Lo único que puedo decir en voz alta es un simple, ronco, y apenas entendible «dios», y no debería estar hablando de Dios, mucho menos en una situación como esta, pero dios, cuánto estoy amando esto. Perdón, Dios. Ay, Dios, debería dejar de decir Dios. Puta madre, cállate ya.

Mi cerebro nunca ha funcionado muy bien que digamos, sin embargo, hoy decidió tomar sus maletas e irse de vacaciones, y no puedo culparlo, sobre todo cuando la boca de Edward se toma el tiempo de conocer la mía de forma demandante mientras sus manos recorren a tientas mi pecho sobre la ropa. Su lengua húmeda se abre paso sobre la mía, acariciándola con una desesperación que no deja de robarme jadeos; al inicio, me besaba con lentitud, con ternura, como si quisiera que nos tomáramos nuestro tiempo, pero conforme los segundos fueron pasando, empezó a ser más avasallador y sus ansias fueron cada vez más palpables.

Siempre ha sido alguien muy condescendiente, dispuesto a esperar el tiempo que sea suficiente para acomodarse a la voluntad de la otra persona, pero justo ahora acaba de tirar toda esa paciencia a la basura y ha sido reemplazada por la urgencia. Adiós, Edward, hola, Catalino.

Estoy igual de ansioso que él, amo a Edward, lo amo tanto que el sentimiento no me cabe en el pecho y lo deseo con la misma magnitud. Es innegable cuánto lo quiero, lo quiero de la forma más afectiva y lasciva posible, dos sentimientos opuestos que convergen a la perfección. Quiero oír más de los suspiros que se escapan de su boca, pero también quiero oír sus latidos; quiero arrancarle esa camisa blanca que le queda demasiado bien, pero también deseo abotonarla y acomodarle la corbata cada mañana antes de que salga de casa; quiero tomarme el tiempo de conocer a detalle su corazón, lo que le angustia y lo que no, pero también quiero memorizar cada parte de su cuerpo, lo que lo estimula y lo que no. Quiero a mi novio (cuánto amo esa palabra), lo quiero tanto que no me avergüenza exteriorizarlo. No me importa que se percate de que estoy –incluso más que él– desesperado por tenerlo.

El calor de la habitación no deja de ir en incremento, me cuesta un poco poder seguirle el ritmo, pero trato de responder con la misma intensidad a sus besos y de dejarme llevar por los latidos acelerados de mi corazón. Mis manos no dejan de tocar su suave cabello mientras lo sujeto con algo de fuerza contra mí para que no deje de besarme, sin embargo, mi agarre está de más, Edward parece que no tiene intención de dejar de hacerlo: mordisquea mis labios y chupa mi lengua cuando tiene la oportunidad. Está desarmándome por completo con su boca. Y no me quejo de que lo haga. Extrañamente me gusta.

Una perfecta confusión Where stories live. Discover now