Capítulo 8

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Había tratado de no pensar en lo sucedido en lo que restaba de día. Pero me resultaba imposible; una y otra vez venía a mi cabeza la escena del robo, las palabras de aquel desconocido que me había ayudado y el incidente con Matthew. Me preguntaba como era que me sentía tan tranquila sabiendo todo lo que había tenido que soportar en el día. Supongo que era por pensar que nada peor podría suceder.

Llegué a casa justo al anochecer, y me sorprendí al escuchar unas voces provenientes del salón. Me dirigí hacia allí por curiosidad y me encontré a la abuela cantando con las gemelas una canción de Bruce Springsteen en el karaoke. Me recosté en el marco de la puerta y me deleité observándolas, "Born in the USA" las había convertido en estrellas de rock.

Recorrí el salón con la mirada y mis ojos se encontraron con los de Jenna. La nueva amiga de Cloe y hermana de Matthew. La saludé con un gesto con mi mano y me acerqué a ella.

-Hola, ¿cómo estás? Espero que te estés divirtiendo. -grité por encima de la música.

-La estoy pasando muy bien, gracias. -me contestó con timidez y juntas miramos el maravilloso espectáculo de la abuela y las gemelas.
Cloe había aparecido al poco rato cargando unas pizza y sodas.

-Zoe, que bueno que llegaste. -le brillaban los ojos, todo lo que importaba era divertirse en estos momentos.

La canción terminó y las cantantes de karaoke se acercaron para saludar.
-Hola, Zoe. ¿Qué te pareció la actuación? -preguntó Lil secándose el sudor de la cara.

-Maravillosa, deberían hacer un trío ustedes tres, se ganarían la vida dando giras.

-Yo ya no tengo edad para eso, pero si algún día llegan a conocer a Bruce, díganle que estoy libre. -una carcajada se escapó de entre mis dientes y todas en el salón hicieron lo mismo, la abuela siempre hacía esas bromas inesperadas.

-¡Hora de comer chicas! Estoy hambrienta. -Agregó Lisa, mientras ayudaba a Cloe con la repartición de las rebanadas.
Las seis nos acomodamos alrededor de la mesita pequeña del salón y degustamos de la exquisita comida.

-¿Qué tal tu día, Zoe? ¿Algo que contar? -la abuela me miraba curiosa y por un momento temí que se hubiera enterado de lo sucedido.

-¿Por qué lo preguntas, abuela? -la voz me temblaba y para disimularlo me llevé otro trozo de pizza a la boca.

-¿No tuviste un encuentro con algún chico guapo? -todas pusieron su atención en mí y yo me sonrojé de inmediato al pensar en el desconocido que me había ayudado. Negué con la cabeza para ocultar lo que en un instante se había convertido en mi secreto.

-Tus mejillas rosadas nos dicen lo contrario. -comentó Lil animada, sin dudas querían saber de quién se trataba.

-Vale, hoy por casualidad -no pensaba contar lo sucedido, así que tuve que obviar algunos detalles. - conocí a un chico muy amable y que puede que se haya robado mi atención.

-¿Conociste? ¿Estás hablando de un chico que nunca habías visto antes? -la abuela parecía decepcionada con mi respuesta ¿qué esperaba que dijera?

-Sí, nunca antes. -pensé en su mirada, en sus palabras y me perdí en mis recuerdos.

-¿Mi hermano no fue hoy a visitarte? -Preguntó Jenna sacándome de la realidad y haciéndome acordar del mal momento que protagonicé con Matthew.

-Bueno, fue a la tienda a tomar unas medidas. Por cierto, Jenna, nunca les había preguntado, ¿siempre vivieron en Quebec? -Traté de ser amable, y de evitar hablar de la tienda.

-No, nacimos aquí pero nuestros padres tuvieron que mudarse a Vancouver por trabajo. Veníamos todas las navidades a Quebec, pero Matthew y yo decidimos quedarnos cuando el abuelo enfermó. Hace poco tiempo. - Jenna apartó la mirada, pero no sin antes regalarme una sonrisa.

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