Capítulo 5

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Os preguntaréis... ¿Qué lugar?
La verdad, no tenía ni idea de dónde estaba, pero una cosa tenía clara, no me lo imaginaba así.

Pensé qué sería un sitio terrorífico, lleno de esos monstruos que duermen debajo de tu cama o viven en tus más temidas pesadillas. Pero, me equivoqué, era un sitio tranquilo, se respiraba paz.

A mi izquierda había un enorme mar cristalino donde había una barca
amarrada al puerto.

A la derecha,a había un montón de casas hechas de piedra, supongo
que es donde vive la gente de la localidad. Detrás, un sinfín de colinas desaparecían a la vista de todo ser humano. No tenían vegetación, solo eran montículos.

Era de noche, y en el horizonte se podía ver una gran luna llena de color rojo entre dos torres.

Estas torres pertenecían a un enorme castillo muy lejos de donde estábamos. Supongo que ahí está Tristán, debo encontrarlo cuanto antes y volver a nuestro mundo.

Me da la sensación de que no todo es lo que parece.

-Este sitio es impresionante.- dije sin mirarle.

-Y que lo digas, deberíamos buscar a alguien que nos diga dónde estamos.

-Me parece bien, aunque creo que la persona que me habló se encuentra en el castillo.

Inclinó la cabeza en señal de que pensaba lo mismo y empezó a andar hacía las casas.

Conforme nos íbamos acercando nos dimos cuenta de que no había nadie en las calles y, lo que me sorprendió aún más fue ver el mismo signo en todas las puertas dibujado con sangre.

Fuimos a una casa pequeña y llamamos pegando dos leves puños.
Nos abrió una chica de unos treinta años, castaña y de aspecto sombrío.

-¿Qué queréis?

Paul se me adelantó y comenzó a hablar.

-Hola, solo queríamos saber dónde estamos.

-Estáis en Suntú, la capital.

Y... ¡Pum! Cerró la puerta de un portazo dejándonos con las palabras en la boca.

-¿La capital de qué?

-Supongo que de este mundo- me respondió.

Llamamos en un par de puertas más, pero nadie nos abrió
.
-Por lo menos antes alguien nos habló. Se ve que aquí la gente es muy...

-Extraña- dije sin dejar que terminase la frase.

-Exacto, llevamos aquí mucho tiempo y me he dado cuenta de una cosa, aquí siempre es de noche. La luna no se ha movido en ningún momento.

-Tienes razón Paul, y los signos de las puertas seguro que tienen que ver con algo. A lo mejor algún ritual de este mundo. Yo no estoy cansada, si quieres podemos ir llendo hacia el castillo, es un camino largo.

-Pues vallamos hacía allí. Calculo que tardaremos unos siete días en llegar y tenemos comida suficiente para todo el viaje.

Empezamos a caminar por el único camino que aparentemente llevaba al castillo. Antes de llegar al lugar que se encontraba encima de una montaña, había que pasar por un bosque y a saber que más cosas habría detrás, donde nuestra vista no alcanza a ver por más que queramos mirar.

Los humanos somos gente curiosa por naturaleza, y cuando no podemos saber algo nos empezamos a inquietar mucho. Nos ponemos a elucubrar sin sentido las peores cosas que puede haber y a lo mejor resulta que no hay nada, solo tu imaginación que inunda todo lo que no podías ver u oír. La mente siempre nos juega malas pasadas.

Recuerdo una vez cuando estaba tumbada en la cama y de repente se abrió un poco la puerta del armario. Yo, sin darme cuenta, empezé a crear al peor monstruo jamás visto en la faz de la tierra. Me acerqué, abrí el armario y... nada, debió de ser el aire quién produjo esta horrible situación para una pobre niña de seis años.

-El único camino es este, y hay que atravesar el bosque. Estate atenta, no sabemos que nos podemos encontrar.

-Lo estaré.

Nos adentramos en la oscuridad.

-Pero, ¿qué demonios es eso?

¡Hola!
He intentado subir el capítulo los más rápido que he podido.
Espero que estéis disfrutando de la historia.
Me alegro de haber dejado con las intriga a más de uno.
¿Qué pensáis que ha visto Laura en el bosque?
Hasta pronto...

El finalWhere stories live. Discover now