Capítulo 6

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-¡Corre!- me cogió la mano y nos dirigimos lo más rápido que pudimos de vuelta al pueblo. No teníamos ni idea de lo que nos había intentado atacar, pero de haber estado allí un segundo más, ahora estaría muerta.

Paul y yo llegamos a una plaza también desierta como todo en la localidad. En el medio había un símbolo idéntico al de las puertas escrito con más sangre.

La verdad es que me daba un poco de miedo estar allí en un mundo que no conozco, sin Tristán, con un chico conocido hace poco más de una semana y me dirigía a conocer a alguien que bien podía ser un asesino en serie.

Pero habían secuestrado a Tristán y yo no lo iba a dejar solo ni en este, ni en ningún mundo.

-Creo que deberíamos buscar un hostal,- el cansancio me estaba matando- en cuanto nos recuperemos iniciaremos la marcha.

A Paul le pareció buena idea así que emprendimos la búsqueda.

Estábamos agotados de llamar a las puertas y que nadie nos contestase. Ya no teníamos ganas de andar más.

Tuvimos suerte, en ese momento al doblar la esquina nos encontramos con un anciano que paseaba tranquilamente. Era la primera persona que veíamos en la calle.

-Hola, disculpa ¿sabría decirnos de algún sitio para descansar?- pregunté, con la esperanza de poder oír lo que tanto anhelábamos.

-Sí, al acabar la calle gire a la derecha- respondió amablemente. Me encantó ver que había personas amables en Suntú.

-Muchas gracias- dijimos paul y yo a la vez. El anciano simplemente se fue.

-Parece que no todo el mundo es borde en esta ciudad.- Dije encogiéndome de hombros.

Seguimos las instrucciones del anciano y llegamos a una puerta idéntica a todas las demás, con la diferencia de que está tenía un letrero encima en el que ponía "POSADA" escrito en el mismo color rojo que el símbolo.

Nos atrevimos a llamar y nos abrió una chica de nuestra edad de rostro amable de cabello largo y castaño.

-Buenas noches, ¿deseáis una habitación?- preguntó la chica.

Asentimos al unísono mientras contemplamos la entrada.

-Perfecto, acompañadme. Mi nombre es Amara.

El sitio era bastante diferente a lo que estábamos acostumbrados en la tierra: las paredes con patrones bastantes extraños, unas mesas extravagantes de color rojo brillante con sillas del mismo color, una alfombra color crema que ocupaba toda la sala y un mostrador blanco con el mismo símbolo de siempre en rojo brillante y un aparato que supusimos que era la tecnología actual en este mundo.

-Tenéis la habitación 123 en la primera planta.- Dijo Amara rompiendo nuestro embelesamiento por la sala. Nos tendió una cosa bastante extraña con forma de tubo de color púrpura con el número de la
habitación tallado.

Al ver nuestras expresiones confusas dijo:
"Veo que no sois de por aquí. Os ayudaré en todo lo que haga falta".

La seguimos hasta una puerta que daba a una plataforma con cuerdas. Ella tiró de una de ellas y subimos a la primera planta que nos llevó a la habitación. Antes de poder entrar pasó el tubo al lado de un extraño sistema en un lado y al engancharlo consiguió el pomo para poder abrir la puerta. Cuando la abrió, se despidió y nos dejó solos.

Una estancia con el mismo patrón en la pared, dos camas enormes con unas colchas de una tela que no sabía diferenciar, un escritorio brillante de madera y una puerta que supuse que sería la del baño.

Es lo única cosa que me pareció poder ser igual que nuestro mundo. Rezaba por ello.

Abrí la puerta y contemplé aliviada que era un baño idéntico a los de la tierra. Gracias a dios.

Me fui a lavar la cara y de repente escuché un grito que me heló la sangre.

¡Hola a todos!

Primero, pido disculpas por demorarme tanto en subir un nuevo capítulo. No tenía demasiada inspiración.

Este capítulo no podía haberse logrado sin la ayuda de carlottablackk
que me ayudó muchísimo a continuar la historia.

¿Qué os está pareciendo?

Espero que os esté gustando.

Hasta pronto...

El finalWhere stories live. Discover now