México y Rusia fueron a la casa de España a desayunar. México sale a comprar mientras ambos hombres se quedan en la mesa.
-Niño, ¿haces feliz a mi hija?-España toma un sorbo de su taza de café.
-Sí señor, le ayudo en lo que puedo.*se queda pensando un poco*El otro día ella me pidió ayuda para lavar su espalda.-Sonríe
España escupe el café. Saca un cinturón. México llega.
-Llegó el pan.
-A ver niña, ¿Cómo es que el niño te lava la espalda?
-Perese España, hablando se entiende la gente. Si me deja explicar
-Tú no me explicas nada. Estas castigada por coscolina, a su cuarto.
-Pero si ni vivo aquí.
-Ahora vives. Y usted*señala a Rusia* no vera a mi hija hasta dentro de 100 años.
-Pero señor si ella me lo pide, dice que no alcanza, además le queda bien limpia.
-Ya no me acabes de amolar galletita.
Rusia quiso decir que él le lava las alas a México, ya que no se alcanza.
