Mascota

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Era fin de semana. El día era perfecto como para tener un día de campo. España fue a la ahora casa de los novios. Toco varias veces pero no hubo respuesta. Volvía a tocar. Checo la hora en su reloj: ya eran las 10am. Haciendo uso de sus antiguas costumbres de filibustero abrió con un gancho la cerradura.

La casa lucia vacía. Escucho algunos sonidos provenientes de un cuarto. Fue hacia él.

Abrió la puerta. Dos ojos voltearon a verle desde la cama. Se posaron sobre el roji-amarillo. Cerró la puerta de golpe. Espero unos minutos y volvió a abrirlos. Fue recibido por un gruñido.

-¡UN TIGRE! Lo creo de ti México, pero ¿Rusia? Como ostias se les ocurre tener a un tigre en casa.

-Fue rescatado hace poco, estaba herido, estaba solito- México pone ojos de cachorro.

-Nueva España, ostias, un tigre no es una mascota.

-Señor lo íbamos a devolver.

-¿Si lo vamos a devolver?

-Si prianik, tenemos que hacerlo.

-hum, ya me había encariñado con él.- se recarga en el hombro del eslavo.

-Y ¿dónde está?

-Pues ahora, detrás de ti.

Y el tigre se le avienta al europeo. Comienza a lamerlo y darle mordidas jugando.

-Creo que le agradas- México sonríe.

En el 2008 el presidente ruso tuvo a un tigre durante tres días, después lo regalo al zoo ruso.

Ruso y latinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora