Cien años

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Mi schöne Dahlie*:

Recuerdo cuando vi esos hermosos colores en los jardines de Francia. Todos esos colores iluminaron mis ojos. Las dalias adornaban con sus matices el rincón del hogar francés, en el cual este se jacta de su victoria sobre ti. Me ofrecen tu mano solo para afirmar su poder sobre ti. Este matrimonio es solo para terminar de aplastar tu espíritu así como ya habían aplastado tu orgullo. Y confieso que acepte más por la amistad previa y por la curiosidad de conocer a la que sería mi esposa.

Justo ahora me encuentro escuchando una melodía de tus tierras. Y mis recuerdos me transportan a nuestro tiempo juntos. Un tiempo ya lejano.

Pasaste a mi lado

Con gran indiferencia

Tus ojos ni siquiera voltearon hacia mí

Hace algún tiempo te volvió a mirar. Seguías tan hermosa como la primera vez. Sonreíste en mi dirección. Mi corazón latía como loco de la alegría. Caminaste, solo para pasarme de largo dirigiéndote a mis espaldas. Hasta a aquel que llaman Rusia. Le sonreíste y le diste un beso a la mejilla, te fuiste con él abrazándolo por la cintura.

Te vi sin que me vieras

Te hable sin que me oyeras

Y toda mi amargura se ahogó dentro de mí

Tan cerca y tan lejos, así es para mí siempre. Te veo a la distancia. Veo el como sonríes, el cómo juegas, el como ríes y en algunas ocasiones el cómo lloras. Pero a pesar de estar en el mismo lugar, en el mismo tiempo tu no escucharas jamás mi voz diciendo tu nombre, no veras mis manos intentando llegar a ti para suprimir tus lágrimas. Otro tiene ese privilegio, y eso me produce celos y dolor que tengo que guardar en mi corazón.

Me duele hasta la vida pensar que me olvidaste

Saber que ni desprecio merezca yo de ti

Se que yo para ti no signifique más que una forma desesperada de ayudar a tu gente, de seguir existiendo, de no perderte ni borrar tu existencia. Pero no importa, pues para mí siempre serás el mejor recuerdo de mi memoria, aun cuando tú y apenas recuerdes mi nombre.

Sin embargo sigues unido a mi existencia

Y si vivo cien años, cien años pienso en ti

Y así como ese par de alianzas guardadas en lo profundo de un cajón, así guardare mis sentimientos y recuerdos que tengo de ti. Rezo para que por lo menos no me odies con la mitad de intensidad con la que yo te amo. Tú siempre formaras parte de mí. Durante el resto de lo que me quede de existencia, no importa si es una eternidad o cien años, serán los mismos que yo pensare en ti.

Austria deja de escribir en el pequeño cuaderno negro. Un sirviente le informa de una visita. En la sala le espera España

-Hostias tío, apúrate o llegaremos tarde a la fiesta sorpresa de México. Mira que este chaval de Rusia se esforzó mucho en ella.

- ich gehe, ich gehe. Glaubst du, er mag das? / ya voy, ya voy. ¿Crees que le gusta eso?

Muestra un prendedor con forma de dalia rosa y morada.

-Sí creo que le va a encantar. Vete preparando para su reclamo por el penacho.

España pasa su brazo por el hombro, colgándose un poco del rojiblanco.

Austria y México estuvieron casados. Con la muerte de Maximiliano ella le ofreció seguir con el matrimonio como compensación, pero él se negó a pesar de estar enamorado de ella. Se dio cuenta que el sentimiento no era mutuo y le dio libertad. (Con el matrimonio Austria tendría el derecho de reclamar la mitad de recursos y territorio).

Quedaron en buenos términos, mas como conocidos cordiales.

Austria aún conserva las alianzas guardadas.

* hermosa dalia

Ruso y latinaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang