46

98 12 15
                                    

Se escuchaba un tecleo en la sala. México trabajaba en su computadora. Rusia se acerca y le da un beso en la mejilla al momento de dejar una taza con café en la mesita.

-La próxima semana saldré hacia Washington.

-¿A la casa de USA?

-No precisamente. Tendré una junta con él y su gabinete. Discutiremos un tratado.

-Ya no deberías de hacer tratos con él. –Rusia toma de su taza de té.

-(Ya empezamos) Tengo que hacerlos, él es mi vecino después de todo.

-El que viva junto a ti no quiere decir que tengas que tratar de quedar bien con él.

-Me gusta llevar la fiesta en paz. Además también me beneficio yo

-No le veo mucho beneficio.

-Ya párale, ¿Cuál es tu problema con el gringo?

-No es de confiar. No hace nada sin obtener un beneficio por ello.

-No siempre es así. Es un buen tipo. A veces.

-Una palabra: Texas.

México deja de trabajar. Cierra su computadora y la toma bajo su brazo.

-Contigo no se puede hablar. – Se va hacia la habitación cerrándola de portazo.

"Te excediste Rusia"

Después de algunas horas Rusia entra al cuarto. Se asoma y ve a México recostada de espaldas en la cama.

- любовь/ amor. ¿Estas dormida?

-No. Y no me hables, estoy enojada.

-prianik, yo...

-Yo no te digo nada acerca de Ucrania y Crimea.

-Eso es distinto.

-¿en qué? Ahí tú tienes el papel de USA.

-No me compares con él.

-No te, ah, ya déjalo. Déjame sola.

Rusia deja de hablar. Toma una sábana y una almohada.

-¿A dónde vas?

-Al estudio.- Sale del cuarto.

México se queda viendo el techo.

"Te pasaste México."

Rusia esta acostado en el suelo del estudio, con la espalda hacia la puerta.

"Debería disculparme con México. Es cierto que ella no se mete en mis asuntos. Solo quiero apoyarla de vez en cuando."

Se escucha que se abre la puerta. Él no voltea. Dejan caer una almohada a su lado. Alguien se acuesta tocando su espalda.

-Lo siento. No debí de compararte con USA. Solo que pienso que a veces son muy injustos con él. Y sé que tú me dices las cosas porque te preocupas por mí. No me gusta que durmamos enojados. Perdóname galletita.

Rusia se voltea. Le pasa una mano por encima abrazándola.

-No tienes que disculparte, perdona por ofenderte con lo de Texas.

México voltea, se acurruca en el pecho del eslavo.

-Ya no hablemos de eso.

-¿Quieres ir a la cama?

-Aquí esta cómodo.

-Donde tú estés está bien para mí. ¿Tenías calor, cierto?

-jeje. Me atrapaste. Hay que dormir, mañana hay junta.

Y por esa noche ambos duermen en el suelo del estudio.

Ruso y latinaWhere stories live. Discover now