Capítulo 14.

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El oxígeno comenzaba a faltarles, pero en ese momento no les importaba, nada importaba ante el imperioso deseo de continuar con sus labios unidos. El tiempo se había detenido, y aún deseoso de más Elliot consideró apropiado alejarse unos segundos y mirarla a los ojos, interiormente necesitaba comprobar que todo eso estaba ocurriendo, que nada de lo que había ocurrido en esos instantes era un sueño. Deseaba tocarla, comprobar por sí mismo que ella sentía lo mismo que él, pero hubo algo en la mirada de Olivia que le indicó que ya habría tiempo para eso.

La castaña completamente sonrojada río tiernamente y agachó su cabeza, no sabía que decir en ese momento, por su cabeza pasaban miles de opciones, desde disculparse por ese impulso y marcharse, continuar besándolo hasta saciar todas sus ganas, o simplemente aguantar las mismas y continuar en la hermosa conversación que habían iniciado hacia varios minutos. Elliot sin decir una palabra, pero con una gran sonrisa en su rostro con su dedo apoyado bajo el mentón de esa mujer levantó su cabeza y sus miradas volvieron a conectarse, creando un ambiente completamente mágico, y especial.


—Ell yo... —Comenzó diciendo ella con una timidez que llenaba de ternura a ese hombre, que poco a poco comenzaba a liberarse de algunos fantasmas del pasado.
—Te amo Olivia. —Pronunció lentamente esas tres palabras invadidas por una emoción, una sinceridad y un amor que Liv pudo percibir.


En ese instante él logró desarmarla por completo, tan potente como una bofetada directa en el rostro y tan suave como la caricia de una pluma Elliot se había animado a poner en palabras y en resumir todo lo que sentía por Olivia, no le encontraba sentido a continuar escondiendo todo ello, en ese instante todo había resurgido a flote incitándolo a pronunciar su amor cuántas veces sean necesarias, hasta incluso gritarlo a los cuatro vientos. Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas femeninas y sin pensarlo dos veces Olivia se acurrucó en ese pecho fornido que más de una vez se había transformado en su apoyo cuando en el trabajo todo iba mal, cuando necesitó un abrazo de su amigo, cuando sentía que todo se desmoronaba, la mujer se había dado cuenta que él siempre había estado ahí, a su manera presente como amigo y compañero de trabajo, pero esta vez, esta vez las cosas eran distintas y ellos lo sabían.


—¿Desde cuándo? —Necesitó saber ella, su voz interrumpida por el llanto no le permitían expresar demasiadas palabras, pero no lo creyó necesario, no en ese momento donde encontró su refugio en el pecho de Elliot.
—Hace mucho tiempo descubrí que estaba enamorado de ti, profundamente enamorado. E intenté negarlo, ocultarlo bajo siete llaves, pero no pude. Ese sentimiento fue mucho más fuerte y creció con el paso del tiempo hasta llegar a doler, hasta llegar a ahogarme, hasta llegar a darme cuenta que no puedo vivir sin ti, porque tú eres lo que le da sentido a mi vida Liv, tú eres la persona que amo, contigo quiero estar el resto de mi vida, y ya no me importa absolutamente nada, porque perdí muchas cosas en estos años, pero si hay algo que no quiero y me niego a perder es a ti.


La voz susurrada de Elliot fue una caricia para los oídos de Olivia, y cada palabra fue el poema más bello que ella había escuchado, ella era su musa, su destinataria, su razón de existir. Ese poema significaba la declaración de amor más hermosa, y para Olivia fue el punto de partida a un nuevo comienzo, a poder imaginar su vida al lado de Elliot Stabler.


—Yo también intenté negarlo, e incluso intenté alejarme para que no crezca más, para enterrar todos estos sentimientos que laten por ti, pero no lo logré. —Reconoció Olivia, aún acurrucada en el pecho de Elliot disfrutando de las caricias que él sutilmente dejaba en su brazo y en su espalda— Ya no puedo más Ell, estos días fueron la peor tortura para mí, mi vida y mi futuro están a tu lado, tú eres el sentido de vivir para mí, tú y solo tú y si tú no estás no puedo ser feliz.


Cada palabra que escuchó fue para Elliot la puerta abierta para comenzar a sanar, para visualizar un nuevo futuro junto a Olivia, para entender que no todo estaba perdido y que aún tenía la posibilidad de ser feliz. Como respuesta besó la cabellera femenina deleitándose del rico olor a vainilla que desprendía, pero Olivia fue mucho más allá y aún acurrucada levantó su cabeza y volvió a besar sus labios sintiéndose completa por primera vez, entendiendo ese hermoso sentimiento de las maripositas en el estómago.

Se dieron un par de besos más y sonrieron al alejarse, quisieron continuar conversando, pero un ruido en el living los alertó. Poniéndose rápidamente en pie se dirigieron hasta allí y pudieron ver a la pequeña Sophie acomodándose en el sofá para continuar durmiendo. Elliot sonrió y acercándose apoyó su mano en la frente de la niña, al parecer la fiebre había bajado gracias al efecto de los paños fríos y del antitérmico que Olivia le había dado. Motivado por el cariño que sentía besó la cabeza infantil y volvió a mirar a la castaña que sonreía conmovida a su lado.


—Al parecer bajo la fiebre. —Pronunció más tranquilo Elliot en un tono bajo para evitar que Sophie despertará.
—¡Que bueno! —Pronunció Liv en el mismo tono, estaba más tranquila de saber que la niña iba mejorando.
—¿Quieres dormir? Ya es demasiado tarde. —Dijo él luego de mirar el reloj en la pared, ya eran las tres de la madrugada y apostaba que ella necesitaba dormir, y descansar correctamente.
—¿Y tú que harás?
—Me quedaré cuidando a Sophie, y a ti. —Sonrió él robándole un beso que hizo sonrojar a la mujer.
—No, prepararé más café y me quedaré contigo, disfrutar de tu compañía es una de las cosas más lindas, aunque muera de sueño.  

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Muero de amor por este par ❤ Espero que les guste. 

La metamorfosis de nuestro amor || Bensler.Where stories live. Discover now