Capítulo 42.

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Olivia había despertado después de dormir por unas horas. Su cuerpo cansado después de unos días llenos de estrés había pedido a gritos un descanso, y ella cediendo al cansancio se permitió descansar. Mientras refregaba sus ojos su mente le jugó una mala pasado haciéndole creer que todo había sido un sueño hermoso, por cierto, pero que nada de lo que había ocurrido fue real. Increíblemente una angustia invadió su cuerpo, pero al girar su cabeza a un costado pudo ver sobre la mesa de luz el test de embarazo con el resultado positivo. Temblorosa lo tomó en sus manos para confirmar que todo era real, que no lo había soñado, y con sus pupilas fijas en las dos rayitas fue inexplicable para la mujer poner en palabras las sensaciones que abordaban su cuerpo, en la soledad del departamento tenía mucho en qué pensar, pero principalmente debía asimilar los grandes cambios que vendrían en su vida en los próximos meses.

Sentada en la cama sintió su estómago revuelto y en cuestión de segundos terminó arrodillada en el suelo del baño vomitando en el inodoro, con una sensación de leve mareo que persistió por unos minutos. Una vez que pudo ponerse en pie Olivia enjuagó su boca y se dirigió a la cocina a prepararse un té. Puso a calentar el agua, y mientras esperaba suspiró profundamente volviendo a pensar en aquellas dudas que habían invadido su mente cuando estaba por hacerse el test. ¿Cómo lo tomaría Elliot? ¿Y Sophie? A decir verdad, sentía demasiado miedo, Liv recordaba que nunca habían charlado del tema con Elliot, por ende, no era consciente si él deseaba tener hijos o no. La preocupación de ambos se había centrado en la mejoría de él y en la adopción de la niña, hasta ese momento eran las únicas dos metas a la que querían llegar, pero ahora, ahora todo había cambiado.

Luego de prepararse el té Olivia caminó hacía el sofá y recostándose en él luego de apoyar la taza en la mesita del living sintió la inmensa necesidad de levantar su blusa dejando al descubierto su vientre y apoyar sus manos en esa zona. Al sentir las palmas sobre su piel una emoción inexplicable invadió su corazón y se preguntó que debía hacer, era algo obvio que ella nunca había vivido una situación como esa, por ende, eligió seguir lo que sentía.

—Hola bebé, creo que es extremadamente raro para mí estar hablándote, y sí hasta parezco loca, pero dentro de la realidad que vivo esto es un hermoso sueño del que no quiero despertar jamás. En este momento luego de decidir seguir mis instintos y lo que siento me encuentro acariciando mi vientre buscando que puedas sentir el amor que siento por ti, y las ilusiones que me hace saber que estás ahí dentro. —Su voz comenzó a quebrarse a causa de la emoción que sentía— Creo que nunca me atreví a aceptar que siempre te soñé, que siempre deseé que estés dentro de mí, que siempre me ilusioné con vivir esto, pero ahora, que lo confirme siento que llegaste en el momento justo, al menos para mí. Quisiera contarte todo lo que atraviesa mi corazón en este instante, pero lo único que me sale decirte es... Te amo. Te amo con toda mi alma bebé, verás que seremos un gran equipo a partir de ahora, que serás feliz y que tendrás una familia hermosa que, aunque aún no saben de tu existencia, te amarán tanto. —Olivia dejó caer sus lágrimas dejando ver una gran sonrisa en su rostro mientras acariciaba su vientre— La ilusión que me genera tenerte conmigo es inmensa, pero sé que ahí dentro estarás bien, y yo me encargaré de cuidarte. Haremos un buen equipo mi amor, te lo prometo. Somos tú y yo, y no hay una idea que me encante más que esa.

Por otro lado, Elliot se encontraba mirando su propio reflejo en el espejo del baño. Hace días que no lo hacía y luego de dormir por algunas horas se sentía renovado y con la cabeza más fresca para poder pensar en lo que vendría, que no sería nada fácil. Había prometido algo y debía cumplirlo, aún más porque aquella promesa se la había hecho a las dos personas más importantes de su vida, Sophie y Olivia y debía actuar en consecuencia, actuar maduramente y no esquivar más el problema con el que convivía hace años. Por primera vez, después de tanto tiempo había tomado la decisión correcta y por dentro él lo sabía, estaba convencido de ello, y luego de suspirar profundamente tomó su celular y buscó dentro de sus contactos el número de teléfono al que debía llamar. El temor invadió su corazón mientras varios tonos sonaban del otro lado, hasta que por fin la voz de una mujer se pudo oír del otro lado dándole la pauta que no había vuelta atrás.

—Hola buenas tardes, mi nombre es Estefanía ¿En qué puedo ayudarlo? —Afirmó amablemente del otro lado de la línea.
—Hola, mi nombre es Elliot Stabler y quisiera sacar un turno con el psicólogo si es posible.  

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Al parecer todo comienza a encaminarse y a mejorar ¿No? ¡Espero que les guste! ❤

La metamorfosis de nuestro amor || Bensler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora