Capítulo 53.

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Munch estaba frustrado, realmente frustrado. Después de varios intentos de adquirir la ubicación donde había sido realizada la llamada por parte de Luke Baker no había podido obtener nada positivo. Luego de sacarse los anteojos el hombre se refregó los ojos que ya le ardían por el cansancio y girando su cabeza podía ver a Olivia hacer lo mismo, se la notaba muy cansada y eso no era bueno si tenían en cuenta que ella estaba embarazada. Sin decir una palabra él se levantó y se dirigió a la máquina de café, llenó dos tazas de esa bebida caliente y luego de llevarlas con sumo cuidado a su escritorio se marchó hacia la máquina expendedora con la intención de sacar un chocolate. Cuando todo estuvo listo Munch se paró frente a su compañera entregándole una taza con café y el chocolate.

—No sé si estando embarazada puedes tomar café, pero por tu carita veo que lo necesitas. —Comentó él y Olivia mirando sonrió agradecida con ese gesto. Agarró la taza en sus manos y Munch dejó el chocolate en el escritorio de su compañera— Y algo dulce a estas horas no viene nada mal.
—Gracias Munch, es muy tierno de tu parte. —Pronunció Liv y luego bebió un sorbo de café, cerrando automáticamente sus ojos disfrutando de ese sabor inigualable.
—Se nota que estas muy cansada, creo que lo mejor sería que vayas a dormir un poco a las cunas, Liv. —Le aconsejó el hombre con cariño, si bien la relación que él tenía con Elliot y con Olivia era muy distinta a la que Fin tenía con ellos sentía un cariño sincero por esa pareja— Tú y el bebé deben descansar.
—No quiero dejarte solo aquí, además si subo a las cunas Cragen va a sospechar.
—¿Él no sabe todavía acerca del embarazo?
—No, aún no hemos podido charlar acerca del tema.
—Entiendo, pero insisto Liv ve a descansar un poco, cualquier novedad yo te avisaré.
—¿Lo prometes? —Liv lo miró entrecerrando los ojos y Munch rio asintiendo con su cabeza— Está bien.

En forma de agradecimiento Olivia tomó la mano de su compañero y le sonrió, con el chocolate en su poder subió rumbo a las cunas y eligió la cama que Elliot solía utilizar cuando se quedaba hasta altas horas en la Unidad. Su cuerpo cansado le dolía y sus ojos se entrecerraban a causa del sueño, pero aun así se tomó unos minutos para apoyar sus manos en su vientre y acariciarlo con dulzura. La sensibilidad que le provocaba esos momentos de intimidad con su bebé la llevaban a derramar lágrimas y a sonreír con sinceridad, aquel milagro era un gran regalo que la vida le había dado y deseaba tenerlo pronto entre sus brazos.

Después de varias horas Fin y Elliot habían decidido volver a la Unidad sin información nueva que aportar, la madrugada había estado demasiado tranquila en las calles y no había aparecido casi rastro de Luke Baker o de algún cómplice, por ende, algo rendidos decidieron informarle esta situación a Cragen. Stabler se sorprendió cuando al ingresar al recinto no visualizó a Olivia, no pudo evitar pensar que algo malo había sucedido.

—Munch ¿A dónde está Olivia? —Le preguntó Elliot con mucha preocupación a su compañero, quién acababa de beber la quinta taza de café.
—Está en las cunas, Elliot. La envíe a dormir hace unas horas, necesitaba descansar. —Respondió el hombre con una sonrisa intentando tranquilizar a su compañero, sabía que este caso había sensibilizado a todos y podía comprender la preocupación extra que tenía sobre Olivia y su futuro hijo.
—¿Ella está bien?
—Sí, sólo estaba demasiado cansada y creí que lo mejor era que durmiera unas horas.
—Gracias, Munch. Iré a verla. —Pronunció Elliot y Fin asintió mientras se dirigía a la oficina del capitán para conversar con él.

Elliot subió rápidamente las escaleras, y al llegar a la puerta que daba a las cunas la abrió suavemente con la intención de no despertar a Olivia. El lugar estaba iluminado con la luz natural del día, esto le permitió visualizar rápidamente a su novia quién continuaba plácidamente durmiendo en su cama. El hombre sonrió y caminando hacia allí se agachó a un costado y comenzó dulcemente a acariciar el cabello castaño de la mujer. Olivia aún continuaba con sus manos sobre su vientre regalándole a Elliot una imagen hermosa y perfecta.

—¿Ell? —Susurró Olivia sumamente dormida, y Elliot chistó intentando que ella continuará descansando.
—Duerme mi amor, debes descansar.
—Ya he dormido lo suficiente. —Pronunció ella con una sonrisa y acariciando la nuca masculina lo incitó para que él se acercará y así poder besarlo— ¿Cómo estás?
—Un poco cansado, pero bien. No hemos encontrado nada con Fin, la madrugada ha estado demasiado tranquila.
—¿Hablaste con Cragen?
—Fin fue a hablar con él, yo necesitaba verte, verificar que todo esté bien contigo y el bebé. —Él acarició su mejilla y Olivia apoyó una de sus manos sobre la mano de Elliot.
—Todo está bien con nosotros. —Afirmó ella y él suspiró tranquilo volviéndola a besar.  

La metamorfosis de nuestro amor || Bensler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora