Emergencia.

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"¿Alguna vez usas camisa?"

La pelinegra en el banco ni siquiera se estremeció ante el ruido ni la intrusión en el vestuario. En vez de eso, sólo se quejó y encogió de hombros, antes de masajear la rigidez que sintió en su cuello. Su noche en cirugía descansó entre sus omóplatos, acurrucándose en sus músculos y contrayéndose con fuerza.

"Como si te importara."

La camisa era sostenida con la otra mano apoyada descuidadamente en su rodilla. El sol que apenas entraba por las pequeñas ventanas hacía su cabeza doler provocando que sus ojos ardieran.

Con otro bostezo, la médica pasante pasó su mano por su mejilla e intentó despertarse de la siesta de cinco minutos. Se colocó su camisa y se inclinó hacia delante, apoyando su frente contra el frío metal del casillero.

"¿Cuándo fue la última vez que dormiste en una cama?" preguntó Christopher sosteniendo una taza de café bajo su nariz, despertándola ligeramente.

"Estaba en la sala de espera del cuarto piso anoche, fueron veinte minutos."

"Presumida." Él sonrió mientras bebía de su tasa.

"Sólo fue el golpe de suerte de esta semana" dijo Jennie encogiéndose de hombros.

"Sí, pero estabas en una cirugía de nueve horas y tuviste que hacer cosas", Dijo Lisa. "No fue un turno terrible. Mejor que dormir."

"Dice la que durmió."

"Vamos. Las rondas comienzan en cinco."

"Ve, voy a descansar y a tomar otra taza de café."

La habitación comenzó a vaciarse rápidamente a medida que el tiempo se acercaba para que el día comenzara oficialmente. Tomó un poco de trabajo, pero Jennie se puso de pie de nuevo, haciendo señas a Lisa y Christopher mientras salían. Agarró unas cuantas mentas de su casillero y recogió su cabello, tomando nota de que una ducha sería una idea razonable para después.

Conocía el hospital a la perfección y le resultaba fácil ubicarse en él. Sabía que si bajaba por el ascensor, salía y pasaba por las oficinas, podía llegar al café en la mitad del tiempo. También sabía que el mejor café era el del carrito por la entrada este, lo conocía mejor que cualquier otro lugar en la tierra porque prácticamente vivía allí. Pasó las Navidades y Cumpleaños ahí, pintó las paredes de la guardería, practicó puntadas con la fruta en la cafetería, vio nacer a bebés y vio morir a maridos y hermanas. Ella lo sabía todo.

Medio dormida, Jennie se movió a través del silencioso nuevo día. La primera ronda de enfermeras comenzó a llegar lentamente y el resto de los zombis amanecidos recibían su merecido descanso.

"Miren eso, está viva," Jisoo la saludó en el carrito, ajustando el bolso en su hombro. El sol ni siquiera había salido, todo estaba gris detrás de su amiga.

"No empieces."

"Oh, voy a empezar", la técnica gruñó y tomó un sorbo de su café, apoyando la mano en su cadera y golpeando el piso con el pie. "Cuatro noches seguidas no has estado en casa. No llamas. No escribes."

"En serio eres peor que mi madre."

"Sí, porque a tu madre le encanta cuando vives dentro del hospital. Alguien tiene que criarte correctamente."

"Estaré en casa esta noche," Jennie viró los ojos.

No tenían mucho tiempo, pero tuvieron la oportunidad de ponerse al día en el ascensor hasta piso donde Jisoo salió primero, ajustando su bolso en el hombro.

"Te veré esta noche. Lo digo en serio. Un buen sueño te hará bien."

"Sí mamá."

Jennie se ganó el dedo del medio por parte de Jisoo. Cuando la puerta se cerró fue donde ella sonrió para sí misma y sacudió la cabeza. El café alivió su pecho y casi la relajó a pesar de su necesidad de despertar y sentirse viva. Con otro fuerte bostezo, terminó la bebida antes de llegar al siguiente piso.

Cuando las puertas se abrieron todo fue un caos, puro y simple caos. Jennie tiró su basura y lo siguió, las rondas tendrían que esperarla de momento. Todavía a tres pisos de donde estaba, sus colegas esperaban nerviosamente para ser evaluados, menospreciados y torturados. Jennie entró en acción mientras el código se escuchaba dentro de una de las habitaciones. Se ató el pelo y fue a trabajar siendo la primera doctora en llegar allí.

"Está muriendo", una enfermera explicó en medio de la actividad.

"Colócale la epinefrina," Jennie dijo mientras miraba la pantalla. "Carga el desfibrilador"

La chica sobre la camilla no era mayor que ella, pero las cicatrices de su pecho mostraban una edad que no podía medirse por fechas. Jennie tragó saliva mientras escuchaba el silencioso vacío.

"Doctora" dijo otra enfermera con el desfibrilador.

"Vas a estar bien," susurró Jennie mientras ponía las almohadillas en la piel.

Tomó un tiempo para que el bullicio se calmase y cuando la adrenalina dejó su cuerpo, se sintió agotada. Cada pitido en el monitor la hacía sentirse enferma pero estaba allí, y estaba agotada.

Todos los recuerdos llegaron como flashes ante sus ojos. Nunca fue su elección el ser doctora y si era honesta, despreciaba estos momentos. Los vivía y los odiaba. Le encantaba y lo odiaba más que cualquier otra cosa, y eso era algo que detestaba de sí misma; su incapacidad para tomar una decisión, para permitirse ser feliz.

Empujó la muñeca contra su frente y se secó un poco del sudor antes de apoyarse contra la ventana mientras la paciente se estabilizaba.

"¿Qué pasó aquí?" gritó una voz tan pronto como Jennie contuvo el aliento.

"Su corazón se detuvo."

"¿Qué hizo?" Su madre corrió hacia la chica en la cama y empezó a revisar el trabajo de Jennie mientras los otros residentes llegaban, dándole miradas de simpatía o celos.

"Seguí el código. Está respirando, pero los estudios muestran-"

"Sé lo que muestran los estudios. ¡Lo que no puedo entender es cómo pudo haberse metido en la habitación de mi paciente y no me llamó!" La ira era familiar, era un segundo hogar.

"El código era-"

"Dra. Kim ya que disfruta de perderse rondas y de ser una irresponsable, puede disfrutar de estar encadenada a esta paciente." Kim Ji Hyun fue nada menos que aterradora en un buen día y su hija nunca fue acusada de recibir un trato especial. En todo caso, la miraron con lástima, con una tristeza innata ante la situación. "He operado a la Srta. Park cuando estaba embarazada de usted. Puse su corazón nuevamente cuatro veces ya y usted lo arruinó"

"Ella estaba-"

"Deme estudios y análisis en veinte. Puede llamar a su familia mientras operamos. Dr. Chan, usted ayudará." Ji Hyun hizo una pausa en el centro de la habitación, mientras el caos se calmaba a su alrededor. "He acompañado a esta paciente a través de numerosas cirugías y sustos. Y le daremos un nuevo corazón o comenzaremos con una nueva clase de residentes el próximo año".

...

resubiré los caps porque encontré la historia original y estoy haciendo correcciones de la traducción jsjs

heart [chaennie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora