Día 217.

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El bajo silbido la hizo saltar mientras trataba frenéticamente de alisar el vestido sobre sus caderas frente al espejo. Con un movimiento de la cabeza, se volvió para encontrar a Christopher apoyado contra los casilleros y bufó antes de dar un paso atrás y hacerse a un lado.
                     
"¿Sí? ¿Lo crees?" preguntó ella.
                     
"Definitivamente," sonrió tristemente y cruzó sus brazos mientras Jennie lo miro a sus ojos. "Luces bien, Jennie. Rosé es una paciente afortunada."
                     
"No es una paciente."
                     
"Vamos a poner un nuevo corazón en ella en algún momento, ella de algún modo lo será."
                     
"¿Esto va a ser un sermón?"
                     
"No. Sólo quería decir que tiene mucha suerte. Y ten cuidado."
                     
Sin decir una palabra, su mirada cambió, ella lo ignoró, siguió agarrando su cepillo de dientes y enjuagandose con el agua. Christopher se tardó un poco más y con un suspiro se apartó del armario.
                     
"Gracias" musitó Jennie, con el cepillo de dientes colgando de sus labios. Ella se ganó una pequeña sonrisa y asintió con la cabeza cuando se fue.
                     
El peso de toda la situación estaba allí, siempre, pero era más pesado para sus músculos cansados ​​en este moment. Ella se apoyó en el fregadero y tomó una respiración profunda antes de mirar sus propios ojos en el espejo, todavía necesita compensar la cita por la cual estaba preparándose nerviosamente.
                     
Hace dos semanas Rosé había vuelto a su casa y no al hospital. Era una cosa difícil para adaptarse, no tenerla cerca y verla cuando Jennie tenía tiempo libre. Pero todo se convirtió en textos y llamadas. Y luego en Rosé apareciendo para el almuerzo. Y conocer a la Rosé que Jennie desconocía, pero que estaba ansiosamente disfrutando de conocerla más.
                     
"¿Y si no funcionamos fuera del hospital?" Murmuró después de escupir y enjuagarse la boca. Jisoo apareció en el banco detrás de ella.
                     
"Lo harán" Jisoo puso los ojos en blanco. "Ya la has visto un montón cuando no es una paciente."
                     
"No era oficial."
                     
"Sólo la he visto de pasada, pero esa chica sólo tiene ojos para ti, la tienes mal."
                     
La pelinegra frunció los labios y se miró nuevamente a través del espejo.
                   
"Realmente me gusta, Jisoo."
                     
Se sentía como un alivio el admitirlo, pero al mismo tiempo, como un secreto que nunca debía decir, una de esas cosas que decimos a nosotros mismos en la parte más oscura del medio de la noche cuando nos permitimos el tiempo para esperar y soñar con la bondad. Decirlo en voz alta a Jisoo era lo más real que podía hacer sobre sus sentimientos.
                     
La verdad era que Jennie estaba alarmantemente fascinada de Rosé. No podía recordar un momento mejor que los últimos seis meses. No podía recordar una relación en la que no pasaba nada más que hablar y actuar como adolescentes calientes. No recordaba nada antes de que esto empezó.
                     
"Vas a darle un ataque al corazón" Jisoo sonrió cuando Jennie finalmente se giró hacia ella.
                     
"Eso no es divertido."
                     
"Es un poco gracioso."
                     
"No está equivocada" murmuró Rosé mientras se ponía de pie en la puerta, con la mano sobre el pecho, los ojos muy abiertos y la mandíbula floja. "Santo cie-"
                     
"¿Te duele? ¿Qué pasa?" El rostro de Jennie cambió al instante.
                     
Jisoo observó a su amiga, observó el nerviosismo desaparecer para ser reemplazado instantáneamente por el alivio seguido por la preocupación seguida de algo que ella no podía ubicar, pero parecía una revelación increíble.
                     
"Por supuesto que duele", se burló la paciente. "No puedes ir así", movió los dedos de arriba abajo, haciendo referencia a Jennie y su vestido, ella y su cara, ella y... toda ella. "cuando sabes que tengo una enfermedad. Me matarás aquí mismo."
                     
"Deja de asustarme así. No es gracioso."
                     
"Deja de lucir... así. Eres muy hermosa."
                     
Jisoo hizo un ruido y se puso de pie.
                     
"Entonces las dejaré a las dos" dijo ella rodando los ojos. "Todo esto es tan dulce que voy a tener caries. Tráela a casa a las once. Es una noche de escuela" le dijo a Rosé bromeando, fingiendo ser severa. "Me preocupa."
                     
"Sí señora", Rosé asintió. Miró como la técnica se marchaba y le daba a Jennie una exagerada inclinación de cabeza y una sonrisa al señalarla mientras murmuraba un "sexy"
                     
Al estar solas, ambas se pusieron nerviosas.
                     
"No sabía si querías que te esperara en el vestíbulo, o aquí. Si no estás lista, puedo salir..."
                     
"No, no", Jennie tragó saliva y negó con la cabeza. "Estoy lista. Lo estoy. Sí."
                     
"Lo siento," Rosé negó con la cabeza. "Yo solo.... Estoy acostumbrada a que mi corazón revolotee y no funcione muy bien, pero esto fue diferente. No tengo un vocabulario lo suficientemente grande como para decir todas las palabras que quiero."
                     
"¿Es demasiado? Sé que es sólo una cena y una película."
                     
"¡No!" Gritó Rosé. "No. No. Es... perfecto. Pero debemos irnos. Tengo que traerte a casa para el toque de queda."
                     
Con la mano extendida, Rosé permaneció allí como en un sueño, viva, vibrante y sonriendo, y por un momento, Jennie tomó una foto mental, con la esperanza de nunca olvidar el cómo lucia estar justo allí. Y así ella tomó la mano de la paciente y se dejó guiar a la salida del hospital y salir a lo que parecía el comienzo oficial de todo.

heart [chaennie]Where stories live. Discover now