Joel Pimentel.

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Narra Joel

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Narra Joel.

Mis dedos recorren lentamente su cuerpo desde sus brazos hasta sus caderas desnudas antes de pararme de la cama, había sido mía una vez más y aun trataba de analizar lo que acaba de suceder, como hace solo unos minutos temblaba del miedo por el acercamiento que el imbécil de Marco tuvo hacia ella, esa imagen de él sobre ella seguía fresca en mi mente y dudo que se vaya con facilidad, odiaba pensar en las manos de alguien más sobre su cuerpo y peor aun la idea de que este sobre un altar jurándole amor — que no es real — a alguien más y si, llámenme egoísta pero no puedes dejar ir tan fácil algo que te costo tanto conseguir aun que una cosa tenia claro y era que si antes quería cortarle la cabeza a Marco Soler, ahora también le cortaría los huevos.

La observé mientras me vestía, para mi se habían vuelto fascinantes todas sus facetas ¿Cómo era posible que me gustara tanto? A veces era tan mala que ni siquiera parecía ella pero yo me había enamorado de esa persona en la que se convertía, a veces era tan sensible que se me hacia difícil creer sus palabras llenas de amor y melancolía pero yo me había enamorado de ella, a veces era tan cambiante de un momento a otro pero de nuevo yo me había enamorado de ella, si, loca, desquicia, orgullosa, sensible, enfada, triste o feliz, yo me había enamorado de ella y de ser por mi me quedaría toda una vida en Italia solo para tenerla cerca pero era algo que no podía hacer por más que lo quisiera, de verdad lo quería.

— Nadie va hacerte más daño... — dije en un susurro,— te lo juro y si tengo que mostrarle al mundo de lo que soy capaz por ti, lo hare. 

Termine de abotonar mi camisa, me acerque a ella y bese su mejilla para después salir de aquella pequeña casa, claro que no era tan idiota como para dejarla ahí sabiendo las personas que frecuenta y si, lo admitía era un celoso de mierda ¿Eso importaba ahora?

Claro que no.

Marque el numero de la única persona que se que hará bien este trabajo.

— ¿Quién es?

Sonreí al escuchar su voz, — Renato.

— Joel. — dice en tono burlón.

— Me temo que se acabaron las vacaciones.

Lo escucho reír,— ¿Cuál es el plan?

— Te quiero a ti y a quienes quieras traer contigo a Italia, Montoggio para ser exactos.

— ¿Italia? ¿Qué carajos haremos en Italia?

— Proteger a mi mujer. — respondí con simpleza.

Ríe, — ¿Ya te casaste y no me lo dijiste?

— Aun estas a tiempo. — replique en tono cínico.

— Haré mi propuesta pronto entonces... — suspira, — ¿Montoggio, Italia dices?

— Huh hum.

El desastre Del Que Me Enamore - Joel De León Y Tú (CNCO) Vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora