Sweet Pleasure 🔥 [+18] ლ [Adapt. BrightWin]

🔥 | Nuestro Secreto

Mi vida transcurre entre las clases de la universidad y las noches de farra durante el fin de semana, cuando no tengo que rendir ningún examen. A no ser que sea uno sorpresa.

Tengo veintidós años y mi nombre es Win.

Mi mejor amigo, el de toda la vida, aquel con el que compartí cunero, ese que fue mi sombra en el jardín de infantes, aquel con el que fui al cine por primera vez, con el que fastidie a las chicas bonitas del barrio y a las feas también. Con el cual me pegué la primera borrachera a los diez años, escondidos en el despacho de Papá, con el que lloré, ante mi primera decepción amorosa a los quince años, y con el que planeo envejecer, haciendo una y mil barbaridades, ese, él, se llama Bright Vachirawit y tiene la misma edad que yo, hasta parece que nuestras madres se cronometraron para engendrarnos y darnos a luz porque nacimos en el segundo exacto del mismo minuto, la misma hora, del mismo día. Sí, somos inseparables, hijos de dos mejores amigas.

Estudiamos en la misma universidad y Oh, sí, la misma carrera, pero, no vivimos juntos, aunque quisiéramos. Sus padres, no le permiten dejar el hogar, en cambio, a mí como regalo por haber entrado a la carrera de arquitectura, me regalaron un departamento cerca del campus.

Habíamos terminado una semana súper cansada, de exámenes complicadísimos, que casi no nos permitieron dormir y... Bright y yo, decidimos juntarnos para ir a una discoteca, solo los dos, ya nos encargaríamos de encontrar un par de chicas dispuestas a unirse a nosotros. Siempre era así. Una típica noche de farra, baile, bebidas, chicas y mucho sexo, sin ningún tipo de compromiso. Ninguno de los dos estaba dispuesto a comprometerse, al menos no, durante los próximos ocho años, ese es nuestro plan.

Nuestra típica noche, no estuvo mal, bailamos y bebimos demasiado, hasta no más poder, unos besos por aquí, otros por allá, con cuanta chica se nos acercaba para coquetear, pero hasta ahí.

No sé cuántas veces, tuvimos que ir al baño, debido a la cantidad de bebidas en nuestro sistema, pero en uno de esos viajecitos, acompañado por mi amigo, mientras ocupábamos los urinarios, me voltee a mirar y noté que estaba tremendamente dotado. No tengo idea de cómo no me di cuenta de eso antes, porque o sea, llevamos siendo amigos desde siempre y un pene de aproximadamente veinte centímetros no pasa desapercibido o sí? Pues claro que sí, yo no lo había visto jamás.

Tenía una cabeza grande y era medianamente grueso, las venas muy marcadas y fue inevitable, no quedarme viéndolo. Bright se dio cuenta y con una sonrisa socarrona en los labios se voltea hacia mí.

—¿Te gusta mi pene?— me pregunta

—¡NO!— Respondo indignado —Claro que no— niego rotundamente.

No estábamos solos en aquel baño, el lugar estaba lleno de hombres, así que no dije nada más y continué con lo que estaba haciendo.

Bright solo reía, mirándome a través del espejo, mientras lavábamos nuestras manos, antes de salir.