˗ˏˋAlnairˎˊ˗ 「 Twisted Wonderland」•Malleus x Lectora•

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Puedo intentar seguir hablando así.

Gracias a los 7 Grandes hoy fue de esos días en que cuando digo "intentar" de verdad me sale.

Al igual que durante las tardes del club, conversamos sobre la nada, con la ligera diferencia que esa "nada" iba derivada de algún que otro dato que soltaba sobre mi y como fue parte de mi infancia.

Pero todo cambió cuando la nación de mi madre con un álbum de fotos atacó.

— Siempre fue un reto atraparla para dejarse sacar una foto. Fufu~ Pero cuando nos mudamos aquí fue un blanco fácil.

— Porque tenía una pierna rota... Jaja... Ja...

Hay que admitirlo, puedes hablar de tus desgracias como si nada pero cuando alguien más las cuenta es incómodo.

En fin, reír para no llorar.

Apenas cerraron la tienda, tanto ella como el enano entrometido con su limón agrio arrastrando al otro pobre diablo se unieron a la conversación como Pedro por su casa.

Cómo obviamente trajo el álbum a posta, después de dejarlo a qué hecharan un vistazo, ella fue a lo suyo en la cocina.

— ¿Quien iba a pensar que hace unos años te veías tan adorable? Cargando a ese pequeño gato me recuerda un poco a Silver.

— Eh... ¿Puedes decir eso sin sonar como un anciano?

— ¿¡Quien te crees que eres!? ¡Háblale con más respeto!

— Sebek...

— Joven maestro, lo sé pero ¡No puedo respetarlo si no respeta sus grandes figuras!

— Somos invitados, recuérdalo porfavor.

Sozoshi puso cara de perrito regañado y yo como la buena persona que soy, hice uso de que Malleus me respalda para hacer lo que cualquiera haría: Burlarme y sacarle la lengua a espaldas de Malleus porque soy así de madura~.

Es una casa pequeña.

Por eso, nunca antes había tenido tanto ruido en ella, de hecho, la pequeña mesa del comedor nunca había ocupado todas sus sillas, y eso que uno de ellos habla tan poco que a penas se nota su presencia. Aunque esté acostumbrada al silencio, no me desagrada algo así.

— Se que la conversación es interesante pero espero que hayan hecho espacio para un postre~♪.

El canturreo de mi madre desde la cocina me trajo devuelta a la tierra.

— ¿Pastel?

Pregunto Malleus directamente cuando la vio llegar con ese postre. Parece disgustado. Como el demonio que es, mi madre lo decifro incluso más rápido.

—  No te gusta ¿Cierto? Si es así, puedo preparar otra cosa.

— No, está bien así. No es el sabor lo que me disgusta.

— Knfu~ Descuida querida, luce delicioso, seguramente también lo sabe.

Si no fuera porque el vampiro intervino, Sozoshi lo hubiera hecho, y no de una manera amable. Ya saben cómo es, solo se quedó refunfuñando.

Para no liar tanto con explicaciones, lo resumiré en que creí que el universo sigue a mi favor y no fue para nada una merienda silenciosa. Fue divertido.

— Sozoshi... Te conozco hace unas semanas pero si no quitas el tenedor de esa rebanada juro que tendrás uno clavado en el ojo.

— Reconoce tu lugar humano, mi cubierto llegó dos segundos antes que el tuyo ¡Aparta!

Y si, termine en un duelo de miradas contra Sozoshi porque el pastel sabe bien y el pequeño vampiro se quedó con una rebanada de más. Quedó más que claro que también le gustó pero hey, hay mejores formas de expresarlo que

— Querer robar la rebanada del prójimo.

— ¡Mínimo sigue la coherencia de lo que decías!

Lo dije en voz alta...

Juro que estaba por apuñalarlo con el tenedor (Y el a mi) cuando la risa sonora de Malleus interrumpió.

— Si se dan cuenta, ambos llegaron a polos opuestos del pastel, pueden compartirlo.

— ¡Me niego!

La única cosa en que estubimos deacuerdo fue en decir eso, vaya.

— Oh vamos Malleus, dejemos que disputen un poco más, está por ponerse emocionante~♪.

— ¡Mejor aún si apuestas! Todo a mi linda ＿＿

El demonio de mi madre y el vampiro acompañante (Eso rimo) también quisieron opinar. Entre esos dos psicópatas en potencia estaba el otro chico con lo que al parecer era la paga de la apuesta: Sus respectivos trozos de pastel el cual cuando ella dijo eso último, lo dejo al frente suyo, maturalmente suspiró rendido por eso, como si estuviera acostumbrado.

Antes de volver al duelo de miradas, di un último vistazo a Malleus. Por alguna razón esa sonrisa puede borrar todo lo que tengo en la mente, así como animarme tanto hasta sentír que de una patada atravieso una ballena, o en este caso, empalar a Sozoshi con un cubierto.

Tengo que admitir que esto es divertido.