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Diana me soltó la mano cuando las cámaras dejaron de fotografiarnos, se separó unos centímetros de mi y se dirigió hacia un trabajador, el cual nos indicó nuestra mesa, había un escenario, el lugar estaba repleto de gente, había música en directo, la gente se saludaba, pero yo decidí buscar mi mesa, sentarme en mi lugar y quedarme quieta.

Diana y yo nos sentamos en la mesa que nos indicaron, teníamos nuestros nombres en un cartelito, agradecí que no hubiese nadie más en la mesa en aquel momento, ni Diana ni yo estábamos para fingir que éramos una pareja feliz.

-¿Cuánto tiempo durará esto?- miré el reloj.

Cada silla tenía una paleta con un número para la subasta, me quedé mirando mi número, soy la 48.

Un camarero pasó con una botella de champán, iba trajeado e impoluto, se le notaba nervioso.

-¿Champán?- me ofreció la botella.

-Por favor, no se corte- le acerqué la copa.

Diana se me quedó mirando con desprecio.

-Te pido que mientras seas mi novia públicamente, te comportes con el alcohol, por favor te lo pido.

-No tengo ningún problema con el alcohol- sonreí.

-Con el alcohol no, pero con las drogas sí- susurró.

Mi sonrisa se borró enseguida ante aquellas palabras ¿como se había enterado? Dejé la copa en la mesa y me quedé mirando la mesa de cristal.

-Tu manager se lo insinuó al mío, así que por tu bien contrólate esta noche.

Diana y yo nos miramos por primera vez en toda la noche, notaba en su mirada rabia y preocupación a partes iguales, me había portado muy mal con ella y me merecía ese desprecio.

Noté como el rubito pasaba delante de mi mesa pero ni rastro de Barbara ¿ya se habrá cansado de ese imbécil?

Diana quiso decir algo pero empezaron a llegar los demás invitados a la mesa y decidió callarse, compartir mesa con famosos no estaba nada mal, se supone que estoy cumpliendo todo un sueño ¿no?

En el escenario se subió un señor bastante conocido, juraría que lo había visto en muchas entrevistas pero no recordaba su nombre, juraba que era británico ¿James? ¿Se llamaba así?

Me quedé pensando más tiempo de lo que hubiese querido, cuando me di cuenta todo el mundo estaba aplaudiendo y yo no me había enterado de nada de lo que había dicho, me limité a aplaudir desorientada mientras veía a toda mi mesa hacer lo mismo.

Aquel señor se bajó y subió un grupo de música bastante conocido a cantar su nuevo tema, la gente empezó a dar palmas y yo me limité a seguir bebiendo mientras buscaba a Barbara por todo el salón.

Mi cuerpo se estremeció al volverlo a ver, maldito Pablo.

Me atraganté con el champán, tosí haciendo que toda la mesa se fijase en mi, Pablo me escuchó y se dirigió con una enorme sonrisa hacia mi mesa, conforme se acercaba me di cuenta de que tenía una dentadura de diamantes que resaltaba su outfit.

-_____- Pablo me abrazó como si fuésemos amigos de toda la vida.

Me tocó levantarme por educación y abrazarlo, se notaba que el chico iba pasado de copas, es más juraría que en la grabación del anuncio iba puesto hasta arriba.

-Pensé que habías desaparecido del mapa- pasó su brazo por mi cintura.

-Es que he estado bastante ocupada- mentí.

-Pero esta noche serás para mi, tengo que presentarte a mis amigos, les he hablado de ti y están deseando conocerte.

Pablo tenía las pupilas dilatadas, algo me decía que sus amigos estarían igual o peor que él, yo sólo podía mirar a Barbara con el rubito de fondo, la estaba haciendo reír, el imbécil la estaba haciendo reír.

-¿A quién estás mirando?- Pablo dio una vuelta sobre si mismo para ver lo que estaba mirando.

Noté la mirada de Diana confundida.

-Mira Pablo, te presento a mi adorable novia Diana Silvers.

Pablo quedó impactado ante Diana, la cual me miraba irónicamente.

-Es un placer- Pablo besó su mano.

Yo me limité a disfrutar de esa escena tan incomoda para Diana.

Diana apartó su mano lo más rápido que pudo después de aquel indeseado beso, Pablo se dio cuenta de lo que pasaba y decidió separarse unos centímetros de Diana.

-Luego nos vemos- me guiñó un ojo y se fue a su mesa.

-¿Este es el capullo con el que grabaste el anuncio?

-Sí, ese es el capullo- me volví a sentar.

Tenía que irme lo más pronto posible, Pablo me quería llevar con sus amigos y eso significaba peligro.

La música dejó de sonar y volvió a subirse aquel británico tan conocido, comenzó a contar una anécdota, simplemente dejé de oírle y me centré en mis pensamientos.

Noté la mirada de todos encima ¿qué había pasado? ¿Ya había hecho algo mal?

Aquel británico me señalaba y me pedía que subiese al escenario y me uniese a él ¿que coño me había perdido? Me quedé inmóvil sin saber muy bien que hacer, Diana me golpeó la pierna por debajo de la mesa, para que me moviese y subiese enseguida al escenario.

-Un fuerte aplauso por favor- aplaudió aquel señor.

Me levanté y caminé esos quince metros que me separaban del escenario, me ayudaron a subir y me coloqué al lado de aquel señor de mediana estatura, él no paraba de mirarme y de tocarme, me sentía incómoda ante tanto toqueteó.

-Esta noche tenemos el honor de subastar a la coprotagonista de Famous in love _____ Millers.

¿Perdón? ¿Subastar?

Tragué fuerte mientras el público aplaudía más y más fuerte, nadie me había dicho que me iban a subastar en aquella gala benéfica, sin duda mi manager era un completo capullo.

-Quien done más, tendrá el honor de cenar en el hotel más lujoso de la ciudad al lado de la señorita ____ Millers.

Me limité a sonreír, quería que esto pasase pronto.

-Que comience la subasta- gritó eufórico.

La gente empezó a levantar las palas y cada vez había más dinero por mi, había alguien que no paraba de pujar por mi, pero por desgracia no conseguía verle bien ¿quién está tan interesado en cenar conmigo?

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora