05. De un lado al otro

1.5K 159 32
                                    

Capítulo cinco: De un lado al otro.

—Me harté de financiar tus vicios.

Su hermano Klaus de alguna u otra forma terminaba en situaciones bastante extrañas, por ejemplo, ahora mismo se hallaba detrás de la academia en un callejón dentro de un basurero.

—¡Por favor!—responde con un tono de incredulidad.

—¡Oye!—le llama—, solo quiero pasar tiempo con mi hermano—recarga parte de su peso en los bordes del basurero—. No contigo—incluye rápidamente observando al fantasma espectador a un lado.

¡My brother!—persiste buscándole lado a Número Cinco, a pesar de que éste se alejaba cada vez más rápido.

—Te quiero, ¡Aunque no puedas quererte a ti mismo!—termina por agregar. Posteriormente a eso, de su boca salen volando un par de pedazos de una dona semi masticada.

¿Qué cómo llegó eso ahí?, no querrás saberlo, es Klaus.

Por otra parte, Cinco Hargreeves se las ingenia para poner en marcha una camioneta estacionada a unos veinte pasos del encuentro con el rizado.

¿Qué cómo lo hizo?, no querrás saberlo, es Cinco.

Aceleró hasta acercarse a su objetivo, Meritech Prosthetics, el edificio del cual había marchado decepcionado horas atrás.

Raro...

Con una inusual, pero al mismo tiempo para nada impredecible expresión, apuntaba como halcón a su objetivo, quien en este momento era aquel hombre que lo había estado atendiendo dentro del centro, le pareció curiosa la rapidez y paranoia con la que caminaba.

Pero espera, algo se le escapaba.

—Ay carajo—se oye lamentar. Gira parte de su cuerpo hacia atrás, luego el sonido de un zíper siendo deslizado abre paso a una tan conocida amiga.

—Hola, perdón por no haberte sacado antes Delores—le pide en susurro. Delicadamente, entre sus manos la sujeta y sitúa en el espacio a su lado, el que se halla entre el piloto y el copiloto.

Curiosamente, a un lado de Delores, se apreciaba una botella llena de líquido transparente, con facilidad se podría deducir que aquello era alcohol.

—No estoy ebrio, solo estoy trabajando—avisa por si acaso a nadie más que al inmóvil maniquí.

—No estoy ebrio, solo estoy trabajando—avisa por si acaso a nadie más que al inmóvil maniquí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¿Cómo que trabajando?—Josephine rueda los ojos frustrada.

—Sí Jo, trabajando—suelta un suspiro de lo más profundo de su ser, haciéndole entender a la muchacha lo fácil que es hacerlo enojar cuando, como ahora, lo interrumpen.

—Necesito terminar con esto, ¡Hallar la forma de largarnos!

La de pelo colorado reparte con la palma de su mano caricias de apoyo en su contrario. Ella se había resignado a terminar el resto de su existencia justo en aquel mundo, pero él no, y verlo de ese modo le dolía.

BonitaWhere stories live. Discover now