El amor para ti, Piscis, puede estar flotando entre dos corrientes, al fin y al cabo tu naturaleza es contradictoria y caótica en muchas ocasiones, y en el amor, no iba a ser menos.
Tendrás épocas en las que tu atractivo florezca al máximo y decidas picar de flor en flor hasta que aparezca la persona indicada, o, por otro lado, te convertirás en un ser tan romántico y sentimental que lo único que buscarás será esa seguridad emocional que sólo una persona puede darte. Cuando el elegido aparece en tu vida, tú, lo intuyes rápido (aunque a veces te equivoques más de una vez porque la pasión ciegue a tu cabeza) y le das una dimensión mítica, es decir, lo admiras y lo idolatras hasta el momento en que te defrauda. Todo hay que decirlo, y es que, cuando te enamoras de verdad, no existen más personas para ti, sólo tienes ojos para una.
Entonces es fácil que puedas llegar a volverte celoso y algo posesivo, los demás pueden llegar a asombrarse porque no te conocen de esa forma, de hecho no sueles ser así nunca pero en el amor real, todo cambia.
Si alguna vez te sientes engañado tu mundo se desbarata, ya sabes que nada volverá a ser lo mismo nunca y vas a buscar a otro lugar de nuevo algo que sea mágico y puro desde el principio.
Puedes ser infiel, claro que si, pero suele ser en los momentos en los que te ves acorralado o traicionado, cuando todo está bien, TODO está bien.
Eres vulnerable y un seductor nato, sufres y devuelves el daño siempre, puedes volverte loco en un ataque de celos porque valoras el respeto hacia uno mismo, y abandonas sin más, cuando deja de interesarte.
Huyes de las personas que intentan desanimarte y, aunque tengas aguante (hayas pasado con tu última pareja unos cuántos años) eres capaz de destruirlo todo y marcharte en el momento en que la indiferencia se adueña de ti y ahí, si pareces un ser sin sentimiento y sin corazón, te vuelves frío como el hielo.
