𝓛𝓪 𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 𝓭𝓮 𝓵𝓸𝓼 𝓛𝓮𝓮 ⁿᶜᵗ (Cancelada)

15

Observaba el techo de su habitación con aburrimiento y pesadez. Eran las 5 de la mañana cuando despertó inquieto y con temblores por todo su cuerpo mientras sentía como las gotas de sudor se resbalaban por su piel cuando respiraba buscando aire. Hace unas semanas empezó a soñar cosas, pero nunca las recordaba, solo despertaba agitado como si terminara de correr todo un maratón. Minutos después se levantó para tomar una ducha, fuera la hora que fuera debía levantarse para ir a la escuela.

Mientras se duchaba sus pensamientos se desbordaron. Ya habían pasado varias semanas desde que conoció sus destinos, se sentía extraño sentir a su lobo tan feliz con la simple cercanía de los otros tres, raramente se sentía vulnerable y un poco presionado. Al tener más de un destinado tenía presente el sentimiento de que todo iba a ir mal, no era fácil una relación de dos, menos una de cuatro. Sungchan no era frágil; de hecho, era una persona muy fuerte, nunca ha tenido un ataque y siempre intenta mantener su salud mental en un buen estado ignorando todo lo que le hiciera mal, se había dado cuenta de esto cuando conoció a las personas que estaban carcomiendo su cabeza esos días, cada uno de ellos sufre silenciosamente, y ninguno le ha dicho, pero es muy observador.

Conocer a tu destino y enfrentarlo cara a cara no era algo fácil de hacer y eso lo supo cuando vio el actuar de la luna. Muchos dirían que tener tres parejas es mejor puesto que tendrías más personas que te amen y tú poder amar... Había cierta verdad en esto, pero también estaba el otro lado de la moneda: Sungchan pensó que sería bonito llegar a tener una relación con los tres si llegaba a surgir algo, después de todo logró conocerlos en estas semanas, pero tener tres destinos es más complicado. Aunque estén destinados a estar juntos eso no quita los malentendidos, peleas, tiempo, lágrimas, sudor y amor que las personas gastan en una relación. En serio le gustaría estar con ellos tres y de hecho era su nueva meta, pero tendrían que encontrar esos sentimientos tan bellos que debe tener hacia los tres, el que su lobo los tuviera no significa que él sí. 

Pasaron ya casi tres semanas en donde se reúnen en la cafetería para conocerse un poco y puede asegurar que estaba funcionando, ya no hablaban como extraños sino más bien amigos. Su grupo de conocidos creció repentinamente gracias a ellos y les agradecía porque pudo conocer personas simplemente... ¿excéntricas? Rio ante este pensamiento cuando la imagen de Yangyang llegó a su mente mientras salía de la ducha.

Aún quedaba mucho tiempo así que se alistó tranquilamente buscando alguna cosa diferente a lo usual para vestir. Sungchan era muy alto así que llamaba mucho la atención en los lugares públicos, le incomodaba en cierta parte, no podía hacer nada al respecto, pero ahí estaba en el cuarto de su hermano buscando algo distinto que ponerse. Johnny y él han compartido casi toda su ropa en los últimos dos años, al ser de la misma altura les facilitaba todo y aunque tuvieran ciertos gustos no era problema para ellos probar algo nuevo.

── John... ¿Desde cuándo usas este tipo de ropa? ── mientras buscaba en el closet del mayor encontró algo nuevo y extraño viniendo de su hermano. Una pequeña falda estaba en sus manos, era de un color azul pastel un poco corta con un lazo de color blanco en un costado, para él era bueno experimentar, pero no se veía usando ese estilo de ropa... Aún.