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Jugaba con su lápiz, mirando fijamente al pizarrón donde el maestro escribía una complicada ecuación

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Jugaba con su lápiz, mirando fijamente al pizarrón donde el maestro escribía una complicada ecuación. Toda la clase se hundía en el silencio sepulcral del salón, donde solamente se escuchaba la tiza trazando números y la rigurosa explicación de su maestro. Jeno despegó la vista un momento observando por la ventana, apreciando los pequeños pájaros que se posaban ahí mirando hacia adentro con curiosidad; una sonrisa se le escapó al observar cómo después se iban a su nido que estaba en el árbol cerca de la cafetería. Los animales eran demasiado tiernos a su vista, lástima que era alérgico a varios de ellos. Observó el árbol unos minutos, percatándose de la silueta que estaba posada en este.

Un chico con cabellera rosada estaba sentado bajo la sombra del árbol, leía un libro del que no alcanzaba a ver el nombre, también llevaba unos auriculares; parecía estar en su propio mundo perdido entre las hojas de lo que leía. La campana sonó, anunciando el receso. Jeno vio cómo el chico se movía inmediatamente, guardando todo rápido y llegando al punto de parecer desesperado, haciendo que su curiosidad despertara.

Bufó con pereza, levantándose de su asiento mientras guardaba sus cosas para ir directo a almorzar. Su humor estaba fácilmente irritable, así que intentaba parecer lo más hostil posible para no tener que lidiar con personas insoportables aun sin ser necesario. Su olor y aura eran tan densas que se podía casi palpar la nube negra de irritación que le rodeaba, la cual mágicamente despareció.

Jisung estaba frente a él con su mejor sonrisa, extendiéndole una caja de bento, lo más probable hecha por él mismo.

―Es para ti, hace mucho que no te veo traer algo hecho en casa, así que quise traerte algo. —Una sonrisa se abría paso sobre su dolorosa expresión con cada palabra que el menor decía. Le abrazó, haciendo que el menor se incomodara un poco. Había muchos rumores, desde que empezaron a ser amigos. Unos decían que eran novios, o que el menor se aprovechaba del Lee. También había rumores de que Jeno abusaba de él y por eso Jisung hacia las cosas de mala gana con él. En conclusión, su vida era observada por los demás y eso le ponía los pelos de punta y los nervios al tope.

Caminaron hasta la cafetería tomando asiento en una de las mesas más alejadas cerca del jardín de la escuela. La zona estaba prácticamente deshabitada, casi nadie cruzaba por esos lugares así que no tenían que preocuparse por el qué dirán de los demás. La mesa se llenó minutos después, Jeno tenía a Jisung en sus piernas, era una costumbre que tenían desde siempre.

Todos estaban en sus asuntos, nadie prestaba atención a lo que hacia el otro fuera de la conversación. Ese día solo estaban los hermanos Lee y Jisung, los demás estaban ocupados o no estaban en la escuela como el caso de Chenle que estaba enfermo.

El receso paso más rápido de lo deseado, teniendo que volver a su salón nuevamente. La maestra de biología estaba dando una de sus clases favoritas, así que se podría decir que estaba prestando atención un tanto especial.

𝓛𝓪 𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓬𝓲𝓸𝓷 𝓭𝓮 𝓵𝓸𝓼 𝓛𝓮𝓮 ⁿᶜᵗ (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora