Explicaciones

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Ella me miraba sorprendida.

¿Qué pensaba? ¿Qué me quedaría tan tranquilo?

¡Ja!

Ella trató de cerrarme la puerta de nuevo,  pero de un fuerte golpe la abrí. 

Entré en su apartamento y cerré la puerta de golpe.

Me miró asustada.

---Me mentiste- bajó la cabeza y la escuché reírse con ironía.

---¿Qué esperabas?  Me obligaste a aceptar una relación que yo no quiero. ¡Ya sé! - se acercó a mi y me besó.

Le seguí el beso como el tonto enamorado que soy.

Ella tenía mucho poder sobre mi.

Yo sabía como terminaba esto.

Pero no iba a echarme para atrás.

Dejaría que me ofreciera lo que quisiera y luego se llevaría el chasco al darse cuenta de que ni acostándose conmigo se iba a deshacer de mi.

Lo que me extrañó fue que ella con sus ganas de entrar al convento hiciera esto.

Pero al diablo.

La abracé y la tomé en brazos.  Caminé con ella hasta que llegamos a la habitación.

Nuestra ropa  se perdió por el camino y cuando llegamos a la cama todo fue pasión.

Piel contra piel.

Besé sus pechos y descubrí algo que luego analizaría.

Su cuerpo podía no ser perfecto,  pero para mi lo era.

No tenía muchas caderas pero si pechos grandes y buen trasero.

Repito, eso no es lo que me enamoró.

Fue lo que vi en su mirada.

Ella tenía algo.

Cuando la hice mía,  el extasis total me atravesó.

Era lo mejor que me había pasado después de tener a mi hermano en brazos.

Embestí su cuerpo una y otra vez.  No tuve que tener cuidado porque ella no era virgen.

Me molestó al principio,  pero ahora ella era mía y no la dejaría ir.

Nuestros labios estaban en una lucha campal. Ninguno quería perder.

La sentía tan entregada...

Mis manos estaban aferradas a sus caderas, mientras la hacía mía.

Sentir mi pene apresado por sus paredes  vaginales era como ir al cielo.

Se corrió a mi alrededor, con un gemido que fue ahogado por mis labios y de tanto apretar mi miembro  con su vagina,  me corrí dentro de ella.

Era la sensación mas maravillosa que existía.

La amaba.

Salí de su cuerpo al rato.

Mi respiración era errática.

Ella en medio de jadeos, dijo:

--- Ya obtuviste lo que querías,  ahora vete- se cubrió con las sábanas mientras iba al closet.

Yo, sin importarme el estado de desnudez en el que me encontraba,  entré al baño y me di una ducha para limpiarme.

Cuando salí ella estaba envuelta en un albornoz y sus ojos estaban llorosos.

Se acababa de bañar también.

Supuse que en el otro baño.

Con una toalla anudada a mis caderas, me acerqué a ella.

--- Si crees que solo quería sexo, pues te equivocas- su rostro se descompuso-. Recoge tus cosas que nos vamos y no estoy jugando- como vi que no hacía nada,  fui a su vestidor y tomé su maleta.

La llené de ropa por más que ella se negó.

--- ¿ Por qué haces esto?- preguntó abatida.

--- Te amo- confesé.

Le tendí una muda de ropa y como tampoco se la quiso poner, pues se la puse yo.

Me vestí también.

Y la tomé del brazo.

--- Antes de irnos, quiero que me respondas unas preguntas- bajó la cabeza y seguí hablando-. ¿Por qué en tu hoja de vida sale que no tienes hijos cuando si los tienes? ¿Dónde está tu bebé? ¿Quién es el padre?...

Bueno gracias por leerme. Espero les guste.

Me gustaría que me dejarán un comentario diciendo de donde son para saber hasta donde me leen. Por ejemplo yo soy de Panamá.

Besos y gracias por los comentarios.

Acorralada©Where stories live. Discover now