Merly ©

XV

Ha pasado media hora desde que llegue a casa de Lake, su madre está tomando un siesta y ella ha salido con Nick y Rose; busco mis tenis debajo de la cama y vislumbro un papel blanco un poco más al fondo.

Meto mi mano y la estiro todo lo que puedo para poder sacarlo, cuando logro agarrarla la observo detenidamente entre mis manos, es la foto de una graduación, Nick está en una esquina con una chica morena, Lake está un poco más al fondo, tiene un vestido verde agua marina y está bailando con un chico que usa lentes, -muy apuesto- una chica que está más a la izquierda los observa, su rostro no se aprecia totalmente pero lleva una chaqueta negra y su cabello le llega hasta los hombros.

Me siento en el suelo sin apartar la mirada de la foto y de repente me siento exhausta y mareada.

—¿Qué pasa contigo? —dice Mel en voz alta mientras yo intento llegar a ella.

—No es lo que piensas Mel —esa voz...

—No me llames Mel, por si no lo sabias mi nombre es Melissa.

—Lo siento, Melissa.

—¿Qué lo sientes? —la escucho reír irónicamente —es el novio de Mer, que rayos te pasa.

—Lo siento.

—¿Eso es lo único que puedes decir? Intentas tirarte al novio de mi mejor amiga y solo puedes decir lo siento, ¿en serio? ¿después de todo lo que hemos hecho por ti?

Cuando llego al centro de la discusión ya han apagado la música y las luces las enfocan a ellas, Mel la tiene agarrada del cuello y está a punto de darle una bofetada, así que me doy la vuelta y camino de vuelta al baño. Al final decido salir a tomar aire y escucho unos pasos que vienen corriendo detrás de mí.

—Mer... no pasó nada cariño, en serio, ella solo, confundió el momento y yo la aleje —me dice James detrás de mí.

Volteo a verlo y siento como los ojos me pican.

—No estoy enojada contigo James, es solo que, pensé que era mi amiga —le digo bajando la voz y él me abraza.

—Cuando me pidió que bailará con ella acepte por eso mismo, es tu amiga y había venido sola al baile.

—Lo sé, Nick la dejo plantada, solo estabas siendo un caballero, pero ella... Bueno, ahora me alegro que la hayan plantado —James se ríe y nos sentamos en la acera de la calle.

Mel sale del salón, nos observa y se sienta a nuestro lado.

—Tienes terminantemente prohibido bailar con otras chicas que no sean Mer o yo, no puedo estar golpeando viejas a cada rato James —dice y se da media vuelta hacia mí

—¿Deberíamos haber dejado que la pandilla de Lexy se la comiera viva?

James y yo nos reímos.

—Esta fiesta es un asco —digo mirando hacia la calle

—No puedes negar que la pelea con Lake ha sido lo único bueno de la noche —dice Mel y yo niego mientras rio.

—Lo único bueno para mí es que las tengo a ustedes dos aquí, no importa si estamos adentro o simplemente aquí junto a la carretera —dice James y ambas lo abrazamos.

No puedo creer que con solo ver esa foto me acordará de un momento tan bello y amargo a la vez, no sé cómo pude haberlo olvidado si fue el día de nuestro grado, y ellos... sus rostros estaban borrosos, los recuerdos no van más allá. Pero es suficiente para tomar la decisión de ir de una vez por todas a mi casa, la casa donde viví por dieciocho años y espero que me dé, las respuestas que necesito.

******

Muevo la maseta grande que está a un lado de la puerta, tiene una pequeña abertura debajo, así que la utilizamos para dejar una copia allí por si alguno se quedaba por fuera. Recuerdo que una vez salí al cine, cerré la puerta y olvide las llaves adentro, en el momento no lo note, pero cuando volvimos, mis padres estaban sentados en la banca junto al árbol, me habían esperado por dos horas, pensé que estaban adentro cuando me fui pero no, estuvieron todo el tiempo en el patio.

Un vecino se ofreció para trepar y entrar por la ventana de mi habitación la cual había dejado abierta antes de salir, al día siguiente sacamos llaves para cada uno y una copia quedó debajo de la maseta.

La puerta hace un chirrido al abrirse y yo doy un paso adentro, esta tal cual como la recuerdo, eso sí, con mucho polvo por todos lados, pero los muebles tapizados en color rojo siguen allí, la mesa semi redonda de vidrio en el centro, un televisor pequeño más allá, en un rincón hay una mesita pequeña y unas fotos descansan sobre ella, inmediatamente llaman mi atención así que me acerco a ella.

Distingo claramente a mis padres y a mí, pero no estoy muy segura de los otros dos chicos que aparecen en algunas fotos, están borrosas y parecen ser de mi graduación, pero no estoy muy segura.

¿Podrían ser Mel y James? Visten la misma ropa que las personas de mi recuerdo, y aunque están borrosas, observándolas bien, estoy segura que se trata de los mismos.

La cocina está echa un desastre: hay platos y cucharas a un lado de la mesa que se encuentra en un rincón y una pila de ollas en todo el mesón, parece que acabábamos de cenar, pero solo hay dos platos, dos cucharas y dos vasos: uno medio lleno de algo que no logro identificar y el otro tirado en el piso.

Subo a mi habitación lentamente y lo primero que veo al abrir la puerta con cuidado es un cartel enorme de dos chicas sonriendo, tienen esa mirada de ser las más felices del mundo entero, tienen esa mirada de tener todo en la vida.

Solo se ven sus rostros y simplemente mirarlas traería a cualquiera paz y una grata felicidad, pero a mí no, a mí me hace llorar inmediatamente, a mí me aprieta la garganta, me destroza el alma, me hace trizas el corazón y me derrumba sobre el suelo, porque la recuerdo, recuerdo a Mel, recuerdo su sonrisa, recuerdo sus bromas, recuerdo todos los momentos junto a ella, recuerdo el día de nuestra graduación, recuerdo que estaba embarazada y recuerdo el día que James nos tomó esa foto, estábamos distraídas pero la amamos apenas la vimos.

Me, ¡cuánta falta me has hecho!
James... 

No puedo creer que los haya olvidado por tanto tiempo.
No puedo creer que los haya abandonado.