XXIV

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Aparto la mirada de la gigantesca puerta y lo observo fijamente

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Aparto la mirada de la gigantesca puerta y lo observo fijamente.

—Si esto es una broma, no me hace ninguna gracia James —mi voz sale titubeante y rasposa. Él niega con la cabeza y yo analizo su rostro tratando de encontrar una sonrisa, algo que me indique que solo está jugando, que no es cierto. 

James retira la mirada de mi rostro y empieza a bajar del auto.

—¿James? ¿No es cierto verdad? —bajo del auto inmediatamente después de él y me situó a su lado para mirarlo. —Dijiste que se había ido lejos —digo suplicante.

—Y así es —dice sin mirarme a la cara.

—James mírame, dijiste que estabas enojado con ella por haberse ido.

—Lo estoy Mer —empieza a caminar y yo lo observo mientras se aleja; cuando cruza la puerta me decido a seguirlo.

—James... trabaja aquí ¿es eso? —lo agarró del brazo y lo giro.

Necesito verlo a los ojos.

Cuando vuelve su mirada hacia mí, y veo su rostro lleno de lágrimas, lo suelto bruscamente y empiezo a caminar nuevamente hacia el auto, pero no logro llegar hasta el, me siento ligera y torpe, siento como las piernas se me doblan y me derrumbo en el suelo.

No es cierto, no puede ser cierto, Mel no puede estar aquí.

¡No puede!

James está mintiendo.

¡Es mentira!

JAMES

Mer está tirada en el suelo y yo no he logrado acercármele, no sé qué decirle, porque verla llorar, hace que mi corazón duela, hace que los recuerdos invadan mi mente y cada uno me hace temblar aún más. Nunca he sido muy bueno con las palabras, mucho menos cuando se trata de consolar por algo, por lo que yo aún lloro.

He perdido la cuenta de las veces que he estado en este lugar: aun me sigue doliendo como la primera vez, aun no puedo evitar llorar cuando veo su nombre en esa lápida, aun me odio por no haber podido salvarla, a ella nunca le gustó estar sola, y yo, desde que éramos unos niños me acostumbre a llevarla conmigo a todos lados.

Jamás pensé que Mel me duraría tan poco, nadie nunca me preparo para ese momento y definitivamente, jamás pensé que tendría que hablar sobre el porqué Mel ya no estaba con nosotros, mucho menos me imagine que sería con ella, con Mer.

Cuando me contaron que Mel había muerto sentí como se me destrozaba el alma, era mi hermanita, mi niña adorada, mi consentida de la vida, que se fuera de esa manera, fue muy impactante para mi.

Ya ha pasado mucho tiempo, pero yo aún no lo proceso del todo, a veces me imagino que está en otro lugar, así puedo sentirme bien conmigo mismo, aunque, sinceramente, odie a mi hermana por haberse ido, la odie por habernos dejado solos, la odie por abandonar a Dani, la odie muchísimo tiempo, aunque a veces creo que yo tuve la culpa y no ella, no la protegí como debería haberlo hecho, no las protegí a ninguna de la dos.

Merly ©Where stories live. Discover now