[Marcie]

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Marcie.

¿Era acaso Marcie Collins una mala persona?

Dicho de otra forma: ¿Ella era alguien lo suficientemente nefasta como para ser digna de un karma colocado encima de su espalda; en consecuencia de sus acciones?

Depende de quien lo juzgue, pero posiblemente la respuesta sería un: .

Pensando así, ¿sería correcto entonces afirmar que la morena se merecía estar —en aquel preciso instante—: cabizbaja y temblando en la oficina del director, para discutir el preocupante declive de sus notas?

Nuevamente, depende de quién lo juzgue.

—Esto es inconcebible —exclamó Enarth (El director), con una expresión dura en el rostro y dándole pequeños golpecitos a un portafolio con el dedo corazón—. Realmente espero que esta sea la primera y última vez que un profesor se ve obligado a detener su clase, únicamente para enviarla a mi despacho, señorita Collins.

Marcie no habló. Permaneció mirando sus rodillas en silencio, al tiempo que en su cabeza se iba incrementando cada vez más el deseo de no haberse levantado y asistido a la escuela aquella mañana. Si no se contenía, sus mejillas se empezarían a bañar con amargas lágrimas.

Por otra parte, el director la observó con impaciencia durante unos segundos. Luego, apretó su bolígrafo con más fuerza de la necesaria, antes de soltarlo y respirar profundamente, intentando relajarse.

—La primera vez que se mencionó su nombre en la sala de maestros, sinceramente me negué a prestarle demasiada atención y reconozco que fue un error. El año pasado, y el antepasado, no recuerdo que su nombre haya precisamente encabezado el cuadro de honor, o que hubiese siquiera llegado a rozar los 10 primeros puestos estudiantiles. Pese a ello, tampoco imaginé escuchar, ni mucho menos confirmar, que en las últimas semanas su rendimiento escolar estuviese yendo en picada —espetó el director, cruzándose de brazos e inclinando su cuerpo hacia adelante sobre el escritorio—. Pero no quise quedarme ahí; tenía que hacer el debido seguimiento. Todo está aquí dentro, señorita —alzó el portafolio con una mano, y solo entonces Marcie levantó la cabeza y observó dicho objeto, como si se tratara de un pergamino profético que le anunciaba un destino terrible—. Los exámenes que ha presentado, sus notas en las tareas; todo es absolutamente deprimente.

>>Incluso estuve conversando con Alfreth, quien me contó un par de aspectos interesantes que usted suele tener durante sus clases, como por ejemplo: negarse a obedecerlo cuando este le pide que pase a la pizarra para completar los ejercicios. Además, me comentó que en el último examen que presentó, su nota fue de 14 puntos sobre 100. ¿A qué viene usted a la escuela, señorita Collins? Claro, si se le puede preguntar.

—No es mi culpa... —Comentó Marcie con un tono frágil, mientras se sobaba el brazo. Escuchar la potente voz del director a través de los altavoces cada mañana era una cosa, pero oírla en primera fila y mientras se encontraba retándola, resultaba muchísimo más atemorizado—. Yo... Es que... Me da pánico. Pararme en medio de la clase, no me gusta. En varias ocasiones no tengo las respuestas a esos ejercicios, y siento que los estudiantes se molestarán si lo respondo mal... — "Se molestarán" tal vez esa no era la forma correcta de decirlo: "Me molestarán si respondo mal"; esa sí lo era—. Le juro que yo intento...

—Señorita Collins, por favor. —La interrumpió el director, alzando la palma de su mano—. Cuando usted habla con alguien, lo mira a los ojos. Es algo básico, y resulta de mala educación no hacerlo.

En seguida, Marcie enderezó la espalda y se esforzó por no romper el contacto visual. Después, suspiró tranquilamente, tratando de recuperar la valentía que había perdido por culpa de la interrupción.

El Estudiante Nuevo, ¿Usa Una Máscara?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora