Exordio

10K 933 221
                                    

Con su trasero levantado, su mejilla pegada al colchón y leves gemidos saliendo de su boca, Harry disfrutaba de las embestidas que Malfoy le proporcionaba con dos de sus dedos perfectamente lubricados. 

—¿Te gusta como mis dedos follan tu hermoso trasero? —preguntó el rubio tocando el punto dulce de su paciente. Al notar que este no contestaba, le brindó una fuerte palmada en el trasero—. Pregunté algo, Potter, responde.

—Sí señor, p-pero deseo... ¡Mm! —respondió entre gemidos.

—¿Qué cosa? ¿Deseas mi polla...? —preguntó despacio, con la voz ronca.

—¡Sí! Sí, por favor —logró responder, avergonzado por lo agudo que le había salido aquello.

Sonriendo ante la respuesta del moreno, Draco siguió con su trabajo, esta vez disminuyendo el ritmo para luego sacar sus dedos del trasero de Harry, recibiendo así quejidos de protesta ante la acción.

Notando lo impaciente que se había puesto el pelinegro, Malfoy desabrochó y bajó su ropa interior con rapidez para así liberar a su hinchado y erecto pene. Tomando con su diestra el pequeño bote de lubricante para dejar caer un pequeño chorro sobre su miembro antes de alinearlo hacia el agujero del moreno.

—Voy a follarte, tan fuerte, joder —gruñó, presionando la enrojecida cabeza de su miembro en la entrada de Harry.

—P-Por favor, por favor...

Dichas aquellas palabras, Malfoy introdujo su miembro por completo de una sola estocada en la estrecha entrada de Harry, logrando que este soltara un sollozante grito de dolor, pero que a los pocos segundos fue ahogado por fuertes gemidos y jadeos complacientes ante las potentes embestidas que el rubio le brindaba.

Dos... cuatro... doce embestidas hicieron que Harry perdiera la cordura y comenzara a mover su trasero de forma circular para aumentar el morbo que ellos generaban con cada encuentro. Con los ojos llenos de lágrimas por el placer, y saliva escurriéndosele de la boca, Harry se dejó perder en el sinfín de caricias que Malfoy le otorgaba en ese momento.

—¡Más... más, m-más! —exclamó el ojiverde con ímpetu. Y como si sus palabras fueran órdenes, el pelinegro comenzó a sentir el aumento de los empujes, estas tocaban aquel punto haciéndole gritar y retorcerse de placer.

Por otro lado, Draco no podía dejar de ver como la anatomía del ojiverde se retorcía con cada toque de su parte. Se había vuelto un completo adicto al cuerpo del más bajo, que cada vez lo miraba entrar al consultorio, comenzaba a maquinar de qué forma lo follaría y lo haría suplicar.

Harry ya no podía decir nada con sentido, resignado a soltar esos balbuceos y chillidos impropios junto a los sonidos acuosos que producían sus nalgas contra el vientre de su doctor.

Tan cerca, tan cerca.

—Córrete para mí, amor —soltó Malfoy entre gruñidos, mientras seguía abusando aquel punto del pelinegro.

Bastaron aquellas palabras y un par de estocadas más para que Harry gritara en su nombre, corriéndose en el acto.





The UrologistWhere stories live. Discover now