Epílogo

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Los finos labios del rubio besaban la sensible piel del cuello de Harry, quien se encontraba a merced de su amante, devastadores besos compartían ambos hombres que se encontraban en la incomodidad de los asientos traseros del auto; después de haber salido del tranquilo bar donde ambos habían confesado sus sentimientos, se encaminaron hasta donde el auto se encontraba aparcado, para luego marcharse rumbo al hotel, y aunque podían controlar el deseo de besarse, ambos emprendieron una cadena de besos en cada semáforo en luz roja. Completamente excitados se desviaron del camino, conduciendo a una parte oscura de la avenida donde sin perder tiempo ambos se pasaron a los asientos traseros.

Fuertes jadeos abandonaban la boca de Harry cada que Draco simulaba embestidas. La polla dura del pelinegro palpitaba bajo la tela de su pantalón, exigiendo ser liberada.

—Y-Yo necesito.... ¡Uhm! —jadeó cuando los dientes de Draco apresaron a uno de sus pezones sobre la tela de la camisa—. ¡Joder! —exclamó en un hilo de voz cuando su otro pezón fue mordido pero esta vez, con más rudeza.

Ambos hombres se encontraban perdidos en el mar de placer que ellos mismos habían construido a base de intensos besos, y a ese punto ambos contaban con un duro y gran problema bajo sus pantalones, por lo que Harry en medio de la atención que recibían sus pezones, se dedicó a desabotonar el pantalón de su amante, y bajar la cremallera, para poder ingresar sus pequeñas y toscas manos dentro de la tela del bóxer.

—Mierda —gruñó Draco sobre el pecho de Harry—. Esta maldita camisa no deja que devore lo que es mío —dijo antes de deshacerse de la prenda del mencionado—. Mucho mejor —murmuró antes de comenzar a succionar y morder los pezones del contrario.

Harry soltaba fuertes jadeos y gemidos mientras acariciaba la dura polla de Draco.

—Quiero chuparte la polla —logró gesticular Harry con voz débil.

—¿Eso quieres? —preguntó el ojiplata con voz ronca.

Harry asintió. El rol que juzgaban cuando estaban teniendo sexo le ponía de una manera que no era capaz de controlarse.

—Sí, señor.

Draco sonrió de lado, antes de acomodarse mejor en los asientos y bajar sus pantalones y ropa interior, dejando a la vista su gruesa y erecta polla.

—Toda tuya, Potter —le dijo—. Chupa o no voy joderte.

Harry no perdió tiempo se abalanzó sobre aquel pedazo de carne. La posición en la que se encontraba era incómoda, pero no era algo a lo que le tomara mucha importancia; introduciendo el enrojecido glande a su boca, lo chupó como si de un delicioso dulce se tratara, y sus dedos se encontraba acariciando las duras bolas a su antojo.

Con los ojos vidriosos llevó su mirada hasta el rubio y le brindó una sonrisa antes de continuar con su trabajo bucal; pasando su lengua por todo el falo, trazó un camino desde el glande hasta la base.

Y fue de ese modo en el que consiguió que Draco llegara a un fuerte orgasmo que terminó con una blanquecina mancha en el tapizado del auto.















1 año después.

Los trámites del divorcio duraron alrededor de seis meses, y no por gusto de Ginny o de Harry, sino por culpa de la madre de la pelirroja, quien se entrometía cada que podía, atrasando todo el proceso. Harry volvió al departamento de su padrino que usaba en su época de soltería, era un alivio que no se le hubiera ocurrido ponerlo en venta o arrendamiento.

Si bien Draco le había ofrecido su Mansión, había declinado para poder ordenar sus ideas y poner en orden su nueva vida. Sin embargo el hecho de que ambos no hubiesen comenzado a vivir juntos había sido de gran ayuda, pues les dio tiempo de conocerse aún mejor.

Durante seis meses ambos hombres se permitieron tener citas, tener pequeñas discusiones normales de pareja, disfrutar de las pequeñas cosas sin el miedo a ser descubierto, o más bien Harry había perdido ese miedo. Ahora salía a las calles junto a Draco y no había nada que le detuviera para poder darle muestras de cariño y sobretodo, le había dejado de importar la reacción de la sociedad del Mundo Mágico, quería a Draco y deseaba que todo el mundo lo supiera y el ojiplata muchas veces se lo demostraba de igual forma.

Y con los meses pasando, poco a poco Harry fue mudándose junto a Draco, que para cuando decidieron comenzar a vivir juntos de una manera oficial, el trámite del divorcio había sido dado por finalizado.

—¿Qué tanto tardas? —preguntó el rubio entrando a la habitación—. La fiesta de graduación de tu sobrino es en media hora y aún sigues sin ducharte.

Harry negó levemente antes de girarse sobre la comodidad de su cama donde horas antes disfrutó de una placentera ronda de sexo. Al ver a su novio vestido únicamente con sus pantalones de vestir negros se mordió el labio inferior.

—Por primera vez en mi vida deseo llegar tarde a algún lugar —murmuró.

—Bueno, has escogido muy mal el evento al cual llegar tarde, Teddy no va a perdonarte el que llegues tarde, así que a bañarse o te daré azotes en el culo en su lugar —el ojiverde soltó una carcajada removiéndose contra las sábanas —. Anda Harry... ¡mueve ese culo y a la ducha!

Harry duró unos cuantos minutos en la cama antes de por fin dignarse a levantarse y al hacerlo, estiró su cuerpo para liberarse de la pereza.

—Yo opino que en lugar de darme azotes al regresar, deberías hacerme un examen de próstata —profirió coqueto mientras caminaba hacia el cuarto de baño—. Mi pareja la ha maltratado demasiado en estos días que temo que algo pueda ir mal, ¿cuándo podría tener una cita con usted, doctor Malfoy?

Malfoy soltó un gruñido por el pequeño juego que su novio dio por iniciado con sus palabras.

—Jodidamente en este momento —dijo con voz ronca siguiéndolo—. Apóyate contra el lavamanos —ordenó—. Esto será un pequeño chequeo.

Harry acató las órdenes y se apoyó contra el lavamanos, para luego verlo tomar el bote de lubricante, destapándolo para luego dejar caer una abundante cantidad sobre sus dedos. Sin esperar órdenes del rubio, abrió sus piernas y dejó expuesta su entrada, la cual Draco no tardó en penetrar con sus dedos completamente lubricados. Un jadeo abandonó su boca cuando la yema de los dedos de Draco comenzaron a palparle la próstata.

—Su próstata se encuentra bien, no hay ninguna anomalía, por lo que no debe preocuparse de que su pareja le siga jodiendo el culo —dijo ronco—. Mm... Ahora necesito saber si quiere que pare mis acciones, ¿lo desea, señor Potter?

—¡Joder, no! —exclamó cuando los dedos de Draco se movieron en su interior simulando tijeras.

—Teddy va a matarte por llegar tarde —gesticuló divertido—, así que ve preparando una buena excusa —agregó sin dejar de mover sus dedos; tras varias estocadas recibidas por parte del rubio, llegó a un fuerte orgasmo que lo dejó con las piernas temblando y una errática respiración.

—Te quiero —dijo Harry una vez recuperó el aliento.

Draco sonrió y se acercó para darle un casto beso en sus abultados labios.

—Yo también te quiero —respondió—. Ahora ve a ducharte.

Harry sonrió en grande, a pesar de nunca verse en esa situación se sentía completo; le daba gracias a Ginny por haberle pedido que se realizara el examen y se hubiera tomado la molestia en escoger a este urólogo para ello, pues gracias a ella, había vuelto a encontrase con Draco, su verdadero amor. 





¡FIN!

Agradezco a los que se tomaron el tiempo de leerla, también a la autora que me dejó adaptarla, ¡gracias! <3

PD: Nos vemos en la próxima adaptación "Apariencias" ;)

© 2021 spookinds

The UrologistWhere stories live. Discover now