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Dios. Considero que este es el capítulo más triste en toda la historia. Me dolió escribirlo, pero bueno...

Espero que les guste y le sigan dando amor a esta obra.

Gracias por todo.

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Desde niño, Park Jimin siempre fue considerado un prodigio. Le gustaba experimentar y descubrir todo lo que estuviera a su alcance. Por eso, el señor Park, un mafioso con una gran fortuna, decidió invertir en su pequeño.

—A partir de hoy, estudiarás con los mejores profesores privados en todo el país —le dijo a su hijo de tan solo nueve años.

—Sabemos que lograrás grandes cosas, mi Kitty.

Park Jisoo, posiblemente, la mujer más hermosa que cualquiera haya visto. Tenía un profundo cabello negro, casi como el carbón; la piel tan clara y limpia como un ángel; y los labios más bonitos del mundo. Además, tenía la suerte de tener un hijo tan especial.

Según ella, parecía un gatito, pues heredó los ojos finos de su padre. Por eso, le puso ese apodo tan tierno: Kitty. Sin embargo, a él nunca le gustó. Era demasiado infantil para su gusto.

—Felicitaciones, joven Park —le dijo un encargado del Estado, quien controlaba el nivel educativo de los alumnos en casa—. Usted acaba de graduarse de la secundaria a pesar de tener tan solo quince años.

—¡Bravo, mi Kitty! —exclamó su madre, quien aplaudía llena de orgullo mientras Jimin bajaba la mirada lleno de vergüenza.

Los siguientes años fueron más tranquilos. El muchacho se fue a la Universidad de Sydney para estudiar Ingeniería Bioquímica. Era el estudiante más joven y talentoso en su facultad, la envidia de muchos. Aunque su inteligencia no era el único tema en boca de todos, sino también su belleza tan particular.

—Un aplauso para Park Jimin —dijo el decano en frente de una gran audiencia—, quien, con tan solo veintiún años, ha conseguido el título de ingeniero químico con honores.

Tanto el señor Park como su esposa estaban muy orgullosos. Por eso, organizaron un viaje a Miami que, por problemas en el negocio, tuvo que modificarse a última hora. Entonces, los únicos que fueron para festejar fueron Jimin y Jisoo.

—Hay algo que no me gusta de esto —confesó su madre ni bien llegaron al hotel Summer Dreams.

—¿Qué pasa?

—Siento que nos están siguiendo, mi Kitty. Creo que deberíamos cancelar esto y volver a Corea.

Jimin no podía creerlo. Supuestamente, esta sería su semana, solo para él. No obstante, los miedos estúpidos de su madre parecían interponerse. A veces la odiaba demasiado.

—No creo que nos estén siguiendo —masculló mientras desempacaba su traje de baño—. Estás exagerando.

—Si te digo que...

—¡NO! —se atrevió a gritarle— ¡Este viaje es para mí!, ¡ASÍ QUE NOS QUEDAREMOS AQUÍ TODA LA SEMANA! ¡No puedes ser tan egoísta! ¡Nadie nos está siguiendo!

Lamentablemente, la persona que estaba siendo egoísta era él. Tan solo pensó en lo que quería, ignorando a Jisso. Por eso, esa misma noche ocurrió la desgracia. Cuando regresó de la discoteca, completamente borracho y con marcas de besos en el cuello, encontró a su madre agonizando.

—Kitty... Mi Kitty... —articuló la señora como pudo.

Estaba perdiendo demasiada sangre. Su piel estaba más pálida de lo normal y toda la alfombra estaba manchada por ese líquido de color escarlata. Jimin estaba aterrado. No entendía por qué su mamá debía sufrir si ella no hizo nada.

—Mamá... —gimió de angustia intentando frenar la hemorragia, pero era demasiado tarde— ¡¡¡MAMÁ!!! No... ¡DESPIERTA! Por favor... —Unas pequeñas lágrimas empezaron a resbalarse por sus mejillas.

Realmente, todo había sido su culpa. Su padre y él eran tan egoístas que no temían arriesgar a su familia por unos cuantos millones. Sin embargo, aceptar que su estilo de vida era la razón de esta desgracia no estaba en sus planes. Por lo tanto, lo único que pudo relacionar con los ojos sin brillo de su madre fue haberla ignorado.

—Si tan solo te hubiera hecho caso... —susurró abrazando fuertemente ese cuerpo inerte— Si no te hubiera ignorado...

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—¿Agust lo sabe? —pregunta Jungkook lleno de curiosidad.

La historia había sido triste, sí, pero también había dejado al pelinegro con varias preguntas. Nunca imaginó que su “novio” hubiese sido así. De hecho, la clase de persona que era antes no se parecía en nada al Kitty de ahora.

—Lo conocí unas semanas después del funeral de mi madre —contesta tranquilamente mientras acaricia el lomo de su gata. Mina ya se había ido a descansar—. Luego estuvimos casi cinco años juntos. Es obvio que lo sabe. También irrumpió en mi oficina como tú.

—¿No es peligroso que lo sepa?

—No te preocupes —continúa sin cambiar su expresión—. Yo también sé varias cosas de su pasado, demasiadas...

La conversación continuó de esa forma. Jeon preguntaba todo lo que se cruzaba por su cabeza, intentando relacionarlo con las recientes actitudes de Kitty. Sin duda, el trauma relacionado con la pérdida de su madre impactó sobre el joven.

—¿Te das cuenta de que tu insana necesidad por no ser ignorado es causada por esto?

—No sé de qué hablas —soltó con desinterés.

Minie se había dormido sobre sus piernas. Era tan adorable, lo poco que le quedaba de su ex, y la único que nunca lo abandonaría. Su gatita era tan terca pero tan fiel.

—Agust se volvió tu soporte. Y, ahora que crees que lo perdiste...

—Él me dejó —lo interrumpió—, él se lo pierde.

—Pero no estás bien y lo sabes. No deberías desesperarte por recibir su atención.

—¿Qué intentas sugerir? —preguntó mientras levantaba una ceja. No le gustaba el tonito que estaba usando el pelinegro.

—Que vayas con un psicólogo.

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• NO DEBISTE DEJARME • [DKi//Yoonmin]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon