• NO DEBISTE DEJARME • [DKi//Yoonmin]

🔫34💔

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Minie está enferma. Ayer estuvo llorando todo el día y no quiso comer.

Hoy la llevamos al veterinario. Al parecer, tiene una infección en el hígado y en el páncreas. También estaba deshidratada.

Ahora está internada, pero nos dijeron que es demasiado grave. Todo dependerá de cómo acepte los medicamentos.

Si creen en Dios, please, oren por ella. Si no, usen la ley de la atracción para enviarle buenas energías.

Gracias.

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Luego de unos minutos, ya había un espacio lo suficientemente grande en el almacén. Por eso, Agust, sin bajar a Kitty de su espalda, comenzó a correr. En una de sus manos, sujetaba una botella de cloro y tenía otra en uno de los bolsillos de su pantalón.

Al parecer, no había nadie a la vista, solo decenas de almacenes y algunos faros de luz. Además, se percibía un aroma salado y fresco; estaban cerca del mar.

—Mierda... —masculló el rubio.

Unas alarmas comenzaron a sonar y las luces se encendieron, aunque el cielo seguía claro. Los habían descubierto. Entonces, comenzó a correr.

—Bájame —susurra Kitty.

—No. Sigues muy débil.

—Puedo correr —insiste—. Necesitamos apurarnos y así no podremos defendernos.

Tenía un punto, pero Agust no se sentía seguro. No quería soltarlo porque temía perderlo. Además, ya podía oír los pasos de sus enemigos acercarse.

—Prométeme que no te alejarás de mi lado —le dice finalmente, bajándolo de su espalda.

—Lo prometo. —Se fuerza a sonreír.

Entonces, ambos comienzan a correr con todas fuerzas. Tenían la esperanza de llegar a la salida pronto y sin ningún rasguño más. Sin embargo, el estallido de una bomba a tan solo unos metros de distancia los sorprendió.

—¡Es papi! —exclama Kitty intentando volver a levantarse, pues se había tropezado por la sacudida del piso.

—Está hacia el otro lado —suelta Agust ayudándolo—. Debemos ir hacia allá. Apresúrate.

—Sí... Vamos.

No obstante, no se dieron cuenta de que alguien los había alcanzado.

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—¡Acabemos con todos! —ordenó el señor Park al llegar a su destino.

Estaba más que decidido. Recuperaría a su pequeño y destruiría a ese maldito bastardo.

—¡Jefe! —dijo No-Hope corriendo hacia su lado— Ha escapado... —continuó con su respiración acelerada— No sé cómo lo hizo... pero...  derritió una pared del almacén.

—Bien —contestó en seco—. Supongo que habrá oído la explosión, así que buscará alguna manera...

—Pero está muy herido, señor —lo interrumpió—. Dudo que pueda correr o ir más lejos. Lo torturaron toda la mañana.

La mirada del mayor se alteró. Toda su confianza estaba hasta el suelo. ¿Tan siquiera lograría salvarlo? ¿Llegaría a tiempo para abrazar a su pequeño, a su hijo, a quien le dio los mejores años de su vida, la luz de sus ojos?

No quería pensar más, no quería oír más malas noticias, no quería considerar la opción de perderlo. No obstante, su mente no colaboraba. ¿Qué haría si lo perdiera? ¿Cómo viviría sin su hijito?

No quería. ¡No! Se negaba a aceptarlo. ¡Recuperaría a su hijo!

—Señor, una cosa más —añadió No-Hope, sacándolo de sus pensamientos.

—¿Qué pasa?

—Agust está con él.

Y, así, una pequeña esperanza apareció.

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Los fugitivos seguían corriendo. Creían que llegarían donde sus aliados sin ningún problema. Esperaban que sus enemigos estuviesen más ocupados defendiéndose que buscándolos. Sin embargo, la mayor amenaza ya los había alcanzado.

¡Bam!

Una bala impactó contra uno de los almacenes que los rodeaban, pero no se detuvieron.

—¡Ya los encontré! —gritó una voz dulce pero maniática— Gatito, no corras. —Rio completamente desquiciado, siguiéndolos por detrás. —Sabes que no hay escapatoria.

¡Bam!

Otra bala había sido disparada, aunque esta vez era diferente. Había impactado en el hombro de Agust, quien cayó gruñendo de dolor.

—Levántate —susurró Kitty con miedo. Aún no podía moverse bien. Solo no duraría mucho— Vamos —insistió mientras preparaba la botella de cloro por si Killer Prince se acercaba un poco más.

—Corre... —suplicó el rubio en voz baja— Yo lo detendré.

—No...

¡BAM!

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