Tres años después...

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Y ustedes pensaron seguramente cuando dije que jamás pensé que un “trato hecho” me cambiaria me refería aquella apuesta de niñas tontas que hice con Tina ¿No?, pues que equivocados están, por supuesto me refería a la apuesta que hace exactamente tres años hice con Alexander, la cual sin duda alguna aún sigue en pie y sin intensiones de perderse.

Hoy es un día especial, hace unos meses que él se graduó con honores de la universidad. Claro que los estudios no impidieron que él se pusiera a trabajar. Y no me refiero en una tienda de música, no. Alexander invirtió gran parte de su dinero en un edificio de tres pisos para su negocio. Una editorial. No lo creía cuando me lo dijo, me emocione tanto que lloré por lo orgullosa que estaba de él. Y eso no es todo, tiene a mi padre como su socio, ahora mi padre y él trabajan juntos.

Mi papá ha publicado ya un libro gracias a Editoriales Payne, y tengo que decir que ha sido un rotundo éxito. Alexander ya cuenta con diversos escritores que han publicado sus libros gracias a su editorial. Sin duda está teniendo el éxito que se merece. A pesar de que ahora gana como para alimentar a más de la mitad de la población de la cuidad no alardea de ello, aún sigue viviendo en su departamento, aunque ya lo ha remodelado en un par de ocasiones. Me ha insistido en que me mude con él cientos de veces y aunque muero por ello prefiero terminar mis estudios primero, a pesar de eso a veces me quedo con él.

Volviendo al ahora, como decía hoy es un día especial, hoy salen las primeras publicaciones del primer libro de Alexander, estoy no solo emocionada por él sino por mí, yo me encargue de la portada. Me va bien en el diseño gráfico, con suerte terminaré la universidad en diciembre gracias a que he adelantado materias.

Me dirijo ahora mismo a la Editorial Payne, aún me emociona decirlo. Ahí mismo llegarán las primeras publicaciones y quiero estar cuando Alexander abra la primer caja con las copias. Estaciono mi auto y bajo casi corriendo. Si llego tarde no podré mirar su reacción.

−¡Vale! –me saluda Sun, la recepcionista

−Hola Sun

−Llegas a tiempo

−¿Aun no han llegado?

−El camión se retrasó, pero en cuanto lleguen haré que suban las cajas a su oficina

−¿Él está ahí?

−Ah sí es

−Nos vemos después entonces

Ella se despide y yo me subo al ascensor directo al último piso. El asistente personal de Alexander, Mario, un adolescente que hace sus prácticas, me saluda cuando la puerta del ascensor se abre.

−¿Cómo está todo?

−De maravilla –me dice− Tendremos una gran celebración mañana

−Eso es genial

−Ahora pasa… y si él –dice refiriéndose a Alexander− Sigue caminando en círculos dile que lo deje o hará un agujero en el piso

No puedo evitar reír. Me dirijo a las puertas de la oficina de mi novio. Abro sin tocar como de costumbre. Él esta efectivamente dando vueltas por la oficina pero se detiene al verme, me dedica una amplia sonrisa y me casi corre para abrazarme y luego darme un dulce e increíble beso en los labios.

−Estas aquí

−No soy una caja de libros pero me da gusto que estés feliz de verme –él se ríe− Ya tranquilo, llegarán

−He estado esperando esto por

−Seis meses, lo sé, tranquilo ya llegarán

−Bueno y dime ¿Qué tal tu día?

La apuesta © ➼ Editando.Where stories live. Discover now