EL auto y una próxima.. ¿Cita?

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Cuando salgo de cálculo me sorprendo al verlo de pie frente al salón.

— ¿Nos vamos?

—Demonios, tenía la esperanza de que lo olvidadas

— ¿Cómo podría?

Caminamos por los pasillos con algunas miradas sobre nosotros. Es claro lo que piensan. Que soy su siguiente víctima. Pero no saben como están equivocados.

—¿A donde exactamente?

—Al centro, en el edificio Emporium

—Uy...tu padre tiene dinero

—No, bueno...pero no mucho

—Las oficinas ahí son caras

— ¿Cómo sabes eso?

—Mi mamá renta una ahí

— ¿Que hace tu mamá?

—Es abogada

— ¿Y tu papá?

Él sonrió al camino.

—Nunca jamás preguntes sobre mi papá Val

—Okey...okey

Supe que hablaba en serio por lo sereno que se puso después de eso. Conduce en un silencio bastante incómodo y agradecí cuando por fin llegamos y vi a mi padre con una sonrisa y una cara confundida en la entrada del edificio. Bajo del auto y para mi suerte Alexander también lo hace

—Valentina—me abraza mi padre

—Por favor no es como si lleváramos años sin vernos

—Lo se lo siento

Me giro y veo a Alexander que ve a mi padre con cara inexpresiva pero sus ojos lo delatan. Está más que emocionado de por fin tener enfrente a... ¿Cómo lo llamo él?, su héroe de la infancia.

—Ah papá, él es Alexander

Mi padre le extiende la mano y él la toma sin quitarle los ojos de encima.

—Parece que ha visto un fantasma joven —ríe mi padre

— ¿Qué? no —Alexander vuelve a la vida— Es un gusto conocerlo señor Summers

—Es mutuo

Mi padre se vuelve a mí de nuevo.

—En cuanto a tu sorpresa me parece que tendrá que esperar cariño

— ¿Pero por qué?—pregunto con desánimo

—Tengo trabajo que hacer y...no puedo llevarte

— ¿A dónde?

Mi padre saca de su bolsillo una pequeña caja negra con un moño color plateado y me la entrega.

—No es mi cumpleaños

—Lo sé, pero me di el gusto

Lo abro emocionada y me encuentro con un llavero. Un lindo llavero con la marca de Wolkswagen en el. Son las llaves de un auto.

—Oh por el cielo no debiste

—Tienes licencia pero no donde usarla, ahora ya tienes

—Papá Gracias

Lo abrazo y beso en señal de agradecimiento.

—Si bueno pero no puedo llevarte ahora a recogerlo

Un silencio se hace luego Alexander...él cual sinceramente había olvidado estaba ahí habla.

—Yo la puedo llevar

Me giro y lo miro.

—Para nada, tú ya puedes irte gracias por traerme

—Valentina, no seas grosera —me reprende mi padre causando que la sonrisa Arrogante de Alexander salga a la luz— A mí me parece una excelente idea

—Él tiene que trabajar

—Hoy no trabajo, vamos no es molestia

Bien, eso puede ayudarme con la apuesta ¿No? Si es que aún sigue en pie.

—Bien...solo dile a donde hay que ir papá

—A la concesionaria, das mi nombre y el recibo —me dice entregándome el pequeño pedazo de papel— Y será todo tuyo

Mi emoción se hace grande.

— ¿Que esperamos? Vamos

Alexander se despide de mi padre luego sube por fin al auto y comienza a conducir.

—Quita esa cara de emoción Valentina....es solo un auto

—No es solo un auto, es mi primer auto

—No, es el primer auto que te regala tu padre, no cuenta como primer auto si alguien más lo compra

— ¿Tu compraste este auto?

—Claro, Spirit y yo nos enamoramos al instante y lo compre

— ¿Spirit?

Él se ríe.

—Es el nombre de mi auto

—No sabía que se tenían que bautizar

—Es primordial, el tuyo puede llamarse...

—Voldemort

— ¿Qué?

—Deja la charla y acelera...ya quiero conocerlo

                                                                                             ***

La señorita me conduce hasta un garaje donde mi auto duerme, Alexander está detrás de mí y se ríe cuando grito de emoción al ver mi nuevo Volkswagen Passat 2014 color negro.

—Dios Hades es hermoso

La señorita abre la puerta del garaje y yo estoy más que lista para irme hasta que recuerdo a Alexander.

—Oh em, gracias por traerme y llevarme y así

—No fue nada Val

— ¿Nos vemos después?

— ¿Por qué no mañana?

—Por supuesto, en la escuela

—No, me refería a ir a algún lado después de eso

Él esta sonriéndome y por alguna razón me sonrojo.

— ¿Y tu trabajo?

—Los miércoles entro a las cinco, podemos ir a algún lugar antes de eso

Me muerdo el labio y luego sólo digo;

—Bien

—Bien —dice él riendo, se acerca y besa mi mejilla como despedida y se queda a unos centímetros de mí cuando habla—Nos vemos mañana Val

Camina hacia la salida y se va sin decir más.


La apuesta © ➼ Editando.Where stories live. Discover now