THE OCEAN - Steve Mcgarrett - [2025]

―Chapter Fifty One―

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CHAPTER FIFTY // ONE

𝑯𝒂𝒑𝒑𝒚 𝑩𝒊𝒓𝒕𝒉𝒅𝒂𝒚!

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En cuanto abrió los ojos aquella mañana una enorme y espléndida sonrisa se dibujo en su rostro. Saltó de la cama con una energía inusitada, como si cada célula de su cuerpo estuviera lista para celebrarlo. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando la habitación con una calidez dorada que parecía hecha a la medida para la ocasión. El aroma del desayuno preparado por ella misma invadía la casa, y los suaves sonidos de la música, en la cocina,  creaban una banda sonora perfecta para iniciar el día. Era su cumpleaños. Más allá de todo lo que pasara en su vida, este día, siempre, sería muy especial.

Luego de una mañana a puro entrenamiento ingreso al vestuario de la academia aun con una enorme sonrisa dibujada en el rostro. Se ducho, se vistió y se acerco al espejo para arreglarse un poco y no verse tan destruida. Vio su teléfono y lo guardo en el bolsillo trasero de sus shorts. Era hora de ir al trabajo. Por pedido especial de sus amigos debía estar a una hora especifica, a decir verdad, eran pésimos para las sorpresas ya que lo primero que Steve le dijo, cuando atendió su llamado en la mañana, de camino a la academia, fue que debía tardar, una o dos horas, en llegar a la central con el objetivo de, así, darles un poco más de tiempo para poder terminar de poner los globos y guirnaldas de colores.

Rio al recordar los, furiosos y eufóricos, gritos de Danny quien regañaba al Seal por haber dicho la "sorpresa" antes de tiempo. Se miró una última vez en el espejo del vestuario, tomo su bolso y salió.

—Adiós Keanu, espero que tengas un pésimo fin de semana, nos vemos—sentencio pasando, junto con Mora, frente al recepcionista

—Igualmente, nos vemos—saludo sin mirarla—Oh, Lexy, espera—ella se detuvo a mitad de camino y volteo a verlo—Ten—le dio una bolsita de papel con un pequeño moño, ella lo vio un tanto confundida por el presente—Son brownies. Mi esposa está bastante inquieta por el embarazo y los hizo como distracción. Me dijo que te los traiga y que te dijera que espera que tengas un muy bonito cumpleaños—aseguro con tono de burla 

—Awww, dile que muchas gracias y que yo también espero tener un bonito cumpleaños—

—Si, se lo diré, adiós—sentencio

—Adiós—saludo con media sonrisa

Salió del edificio con una enorme sonrisa y camino a su vehículo. Al llegar subió a la, ya enorme, Mora, al asiento trasero, junto con la bolsa repleta de ropa sucia de entrenamiento, y acomodo nuevamente el asiento en su lugar dispuesta a subirse, pero, en aquel instante, un grito, bastante conocido, llamo su atención haciéndola voltear.