Cᴜᴀʀᴇɴᴛᴇɴᴀ ➞ Bɪᴢᴀʀʀᴀᴘ

treinta y tres

Oriana ✾

-No sabes quien me hablo para grabar una sesión- me dijo Biza emocionado.

Estábamos acostados en el sillón, mientras mirábamos una película; el usaba el celular y Alina tomaba teta.

-¿Me gusta a mi o a vos?- le pregunté mirándolo.

-A vos- me guiño un ojo.

-¿Hombre o mujer?- le pregunté mirando otra vez la tele.

-Mujer, gorda, dale... Es fácil- me apuro.

-¿Nicki Nicole?- elevé una ceja.

-Ya grabó 150 sesiones Nicki- soltó una risa.

-No se gordo, decime- rodé los ojos.

Me paré, para meter a Alina en huevito, aproveche que dejo de tomar teta y se durmió.

-Es Jimena Barón, gorda- sonrió.

Le clave la mirada.

-¿Me estás jodiendo?- le pregunté.

-No, ¿como te voy a estar jodiendo?- me preguntó serio.

-Ay bueno, perdón- lo mire.

Me volví a sentar al lado suyo, le agarré la mano y lo volví a mirar.

-Prométeme que la vas a invitar a comer a casa- le hice cara de perrito mojado.

-Te lo re prometo- sonrió y dejo un beso corto en mis labios.

Sonreí contenta.

-Gracias bebé- sonreí.

Éste me devolvió la sonrisa y me dio un beso largo.

(...)

Tocaron la puerta y con Gonza nos miramos; ¿quien va?

Los dos estábamos en la habitación, por dormir la siesta; por ende, ambos estábamos con una paja terrible.

-Voy yo- me avisó.

-Gracias mi amor, veni- le dije antes de que se pare de la cama.

-¿Que pas..- le agarre de los costados de la cara.

Antes de que pueda terminar de hablar, le encajé un sentido beso en los labios, que duró hasta que se nos fue el aire a ambos.

-Cuando vuelva, la seguimos eh... No te salvas- me señaló con el dedo índice.

-Acá te espero- le guiñé un ojo.

Éste me dedico una sonrisa, se paró rápido de la cama y fue hasta la cocina; debido a que el timbre volvió a sonar.

Habían pasado ya 10 minutos que Gonza no volvía, y a mí me entraba la duda; porque sentía la voz de una mujer.

Me levanté, relojeé a Alina; dormía profundamente. Aproveche para ir en puntas de pie hasta la cocina.

Me pare atrás de un mueble, más alto que yo, y desde allá vigilaba; al parecer la que vino es Martina Fuego, porque lo extraña.

-Pero Gonza... Te extraño- dijo su irritante voz.

-¿Como que me extrañas? Si vos me echaste- se rió Biza.

-Pero me arrepiento, mi amor, perdóname- dijo en un hilo de voz.

-¿Mi amor? No Martina, yo ahora estoy bien, estoy con mi mujer, con mi hija, que es con quienes tengo que estar, la verdad, ni idea porque me metí con vos- soltó otra carcajada- No vengas más, no me busques más, córtala, no te quiero ver más, ¿está claro?