Capitulo 3 - Valerie Valdow

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Estoy en mi cama intentando entender alguna palabra de la conversación de mi madre con el tío Aidan. Ni siquiera sé qué hace aquí.

Un recuerdo de hace 12 años llega a mi mente, desconectadome una vez más de la realidad:

—¡No! ¿Cómo pude pensar en casarme contigo? ¿No piensas en que es solo una niña? ¡Estás loco!

—Julieta... es una gran oportunidad —la voz de mi padre se escucha por la sala.

Una niña pequeña está mirando por la abertura de la puerta la discusión de sus padres. Tiene que cuidar su respiración para que no se den cuenta de que está ahí. Para que no se den cuenta de que está llorando.

—¡QUIERES CONVERTIR A MI HIJA EN UN ARMA!

—Si lo dices así suena muuuy mal pero...

—Es un no. Iré por mis cosas. Me voy con Valerie.

—Julieta, no te vayas —parece una súplica—, lo podemos arreglar. Déjame que te explique...

—¡Quiero el divorcio! —la voz entrecortada de mamá hace que la niña sienta una opresión en su pecho—. Yo no me enamoré de esto... de...

La niña se aleja poco a poco de la puerta al ver como su madre se acerca a esta para salir.

—Yo no me enamoré de un monstruo como tú.

—Monstruo— hablé en un susurro.

Las personas que están en mi habitación dejan la platica que tenían y voltean a verme.

—Despertaste —dice mi madre en un tono dulce mientras se acerca para acariciarme la cabeza.

—Creí que me quedaba sin mejor amiga. Bueno, sería un favor para mi. Nadie soporta tu humor —Oliver aparece en mi campo de visión con una sonrisa juguetona. Lleva el uniforme del colegio con su cabello alborotado hacia todos lados y una corbata nueva.

Una corbata nueva.

Volteo hacia mi izquierda y me encuentro con la única persona que nunca creí que estuviera aquí.

Mi padre.

A un lado de el, teniendo una distancia prudente, está el tío Aidan. Y del otro lado de la habitación está Sofia y Santiago. Sofia es mi amiga más cercana y desayuna todos los días junto con Oliver y conmigo. Es muy linda y un poco tímida. Me alegra que esté aquí. Santiago... Santiago es un tema complicado.

"Uh, Uh, Uh. Creo que ellos pensaban que estabas en tu lecho de muerte porque si tu ex está ahí..."

La voz desesperante regresó.

Abro un poco más los ojos y me doy cuenta que esta no es mi habitación. Es la de un hospital. Parpadeo muy lento intentando acostumbrarme. Parece como si mis ojos pesaran 50 kilos cada uno.

En serio, si saben que la luz molesta cuando abres los ojos después de estar dormido ¿por qué en los hospitales la luz es tan fuerte?

El bienestar de esta paciente está en juego por la maldita luz blanca que hay en la habitación.

Pensamientos Robados [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora