Capitulo 5 - Valerie Valdow

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Matteo, ¿por qué no puedes ser alguien normal y decirme de una vez lo que me querías decir?

"¡Para eso sirve la intriga! Un libro sin intriga es aburrido. Todos necesitamos algo de intriga en nuestras vidas."

Eso mismo dijiste ayer en la noche con el cliché.

"¡Es la verdad! Todos necesitamos un poco de cliché en nuestras vidas."

Claro, lo que digas.

A fuera todo está calmado, son las doce y algo de la madrugada. Y yo no puedo dormir. Tengo un presentimiento extraño.

"¿Sigues ahí?"

¿Me vas a decir lo que sea que me quieres decir?

"No es nada importante. Mañana entraré a una nueva escuela, solo estoy un poco nervioso."

Entiendo. No te preocupes, eres un chico no tan desagradable.

"Viniendo de ti, es un gran cumplido. Tengo que dormir. Esta linda cara no se cuida sola."

Claro.

Espero y note el sarcasmo.

"Descansa, Valerie."

Descansa tu igual. Verás que todo saldrá bien.

Estuve pensando en muchas cosas sin sentido hasta que en punto, me quedé dormida.

•*•

Pasillos blancos, largos y anchos. Se escuchan pasos y gotas de agua caer al piso. Las luces parpadean, algunas se apagan por largos ratos. Nunca había soñado con algo así.

Este lugar me da escalofríos.

Camino para encontrar alguna salida. Algo me dice que tengo que salir de aquí.

El pasillo en el que estoy me pide que elija otros dos pasillos. Uno tiene luces que parpadean haciendo que no sea completamente visible hasta dónde termina, y el otro es oscuro pero se ve una luz blanca al final de él.

Llevo puesto una brisa de tirante blanca con unos pantalones blancos largos. Estoy descalza y el ambiente es tan húmedo y frío que tengo que abrazarme a mi misma. Hay agua a una altura que tapa hasta mis tobillos.

Una mano que por la tenue luz es de un tono gris con unas enormes uñas de unos 15 centímetros me toca el hombro y hace que brinque y caiga al piso. Su tacto era aún más frío que los pasillos.

Volteo y reprimo un grito mientras me arrastro por el piso mojado.

Una silueta muy delgada a la cual se le notan los huesos, cabello revuelto y desaseado, con unos enormes ojos completamente grises se encuentra enseñándome una sonrisa torcida. Sus dientes son puntiagudos y más de un color café que blancos.

—No mires hacia atrás. Sigue caminando—me anima ... ¿Matteo? ¿Esa es la voz de Matteo? Es un poco más gruesa que cuando la escucho mentalmente.

La silueta desaparece en una sombra.

Hago respiraciones profundas intentando calmarme. Me levanto del suelo y antes de empezar a caminar hacia uno de los pasillos una sombra yendo de un lado a otro me deja perpleja. Esta se para enfrente de mi y el rostro horrible de ma criatura se centra delante de mi. Se acerca tanto que dejo de respirar y siento los latidos de mi corazón en la garganta.

—Cierra los ojos Val, todo va a estar bien—vacila un poco y termina—: yo estoy aquí.

Un escalofrío siento de mi cabeza a los pies al sentir como la criatura se acerca hasta mi cuello para olfatearme. Hago caso a Matteo, del cual no tengo idea de donde esté, e intento respirar poco a poco.

Pensamientos Robados [EN PROCESO]Where stories live. Discover now