Capítulo 7

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Tal vez no era demasiado responsable como las personas de su círculo social creían que era. Después de aquella sesión inapropiada de intercambio de fluidos bucales, como prefería llamarlo Lauren para que sonara disgustante a su cerebro, prácticamente huyó de la oficina del director, no miró atrás, ni a los lados, ni siquiera miraba al frente porque estuvo a nada de chocar justamente con el director, pero lo ignoró para apresurarse ir al baño y lavarse el rostro.

¿Que le sucedía?, ella jamás había actuado de una manera tan hormonal..., O no que ella recordara.

Sentía su cuerpo aún arder y vibrar, aún sentía las manos de Camila en su brazo y en su mandíbula, aún sentía la calida presión del cuerpo de la castaña sobre el suyo, sentía la ardiente boca reclamar sus labios violentamente, e incluso podía sentir aún la calida respiración de la misma sobre su rostro, ¡¿es que acaso la drogó?!, desde días después de regresar de las Vegas, hacía meses, y hasta el día de hoy, horas antes, no había tenido una erección, ¡absolutamente no sentía nada de atractivo al acto sexual!, ¿pero ahora?, ¿qué le sucedía ahora?, ¿por qué su cuerpo solo vibro y se encendió como nunca ante el toque y los besos de Camila?, ¿por qué tiene esos pensamientos indebidos y perversos con regresar a aquella oficina y hacer un sinfín de cosas con esa mujer?, ¿por qué con ella y no con otra persona?, ¡¿por qué solo sintió excitación y emoción cuando la tocó y la besó y no cuando la vio en fotografías?!

—Esto no puede estar pasando, esto no puede estar pasando—Balbuceaba quitándose los lentes y dejándolos en el lavabo para después mojarse la cara y mirarse de reojo en el espejo.

Era impresionante cómo había cambiado, su mirada parecía más depredadora y profunda que ella misma tuvo escalofríos con verse, su rostro seguía sonrojado y literalmente ardía, sentía su cuerpo ardir en brasas de fuego. Volvió a mojar su rostro un par de veces más queriendo con desesperación quitar la marca de excitación en su rostro, de su entrepierna no había demasiado problema por el tipo de ropa interior que usaba, lo que sería extraño al caminar, nadie lo notaría cómo algo extraño.

Después de unas respiraciones profundas, se volvió a rehacer la recoleta media alta sin importarle demasiado que parecía despeinada, volvió a tomar sus lentes y salió del baño dirigiéndose a su clase, afortunadamente no le faltaba demasiado para que estás acabarán... Y tal vez pudiera huir de las garras de la castaña.

***
Afortunadamente nadie sabía del reencuentro, o al menos casi nadie, sus alumnos aún parecían ansiosos y estresados, así que no se habían enterado, y no habían visto a la cantante del pop en su escuela. El único que parecía tener conocimiento era el director y unos cuantos maestros, quienes le lanzaban una mirada extraña, la cual no podía reconocer si era de envidia, de sorpresa o de incredulidad. Pero eso no importaba demasiado, ya era la hora de la salida y no había visto por ninguna parte a la famosa cantante, así que se apresuró a ir al estacionamiento en busca de su amiga, quién era la que la iba a recoger.

Se había acobardado al último momento, no quería hablar con ella, absolutamente no, se dio cuenta que aquella mujer maligna tenía un poder sobre ella, y no quería caer.

—Vamos, Verónica, es ahora cuando tienes que aparecer rápido—Habló bajo con desesperación mirando su teléfono y la calle.

Ningún auto pasó, poco a poco los alumnos se iban yendo mientras ella se esperaba a su amiga, el temor fue suplantando el enojo que había sentido al inicio, no era normal que su amiga se tardara demasiado.

—¡Adiós, miss!—Una de sus alumnas exclamó a lo lejos llamando la atención de la ojiverde—¡Que tenga buena tarde!

—¡Adiós, Liz, igualmente!—Con la mano que sujetaba su teléfono levantó levemente la mano en un ademán de despedida mientras sonreía levemente.

Buscando a mi esposaWhere stories live. Discover now