Capítulo 10

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—Camila...—Su voz de advertencia únicamente hizo a la ojiverde

—Lauren, deja de contenerte—Rozó sus labios con la nuca de la ojiverde—Yo se que tú quieres mi cuerpo—Susurró con voz ronquecina y escalofriantemente alucinante con su mano recorriendo el hombro de la ojiverde—Y quieres controlar mi mente—Sonrió al sentir el cuerpo de la ojiverde tensarse—¿Sabes... que todo el mundo quiere ser dueño de ella?... pero nadie puede—Dejo salir un suspiro cálido en el oído de la mayor, quien respiraba fuertemente elevando levemente a la castaña.

Camila había descubierto que Lauren amaba el control, amaba tener el control de absolutamente todo, amaba y ansiaba tener bajo control todo, y a todos, pero lo que la morena no sabía era que la ojiverde ansiaba desde lo más profundo de su deber tener a la morena bajo control, y que está se estuviera entregando a ella era una perversa fantasía.

—¿Nadie?—Dejo su pregunta escapar de sus labios casi con un tono desafiante.

—Nadie—Afirmó la castaña rozando con sus dientes el costado de su cuello.

—¿Cómo estás segura de eso?—El filo desafiante de la espada controladora relució ante la interrogación de la ojiverde.

—Muchos han querido, pero nadie puede...—Respondió tranquila y susurrante.

—¿Y por qué haces esto?, ¿por qué estás... Sobre mi pidiéndome?...

—Solo quiero que tú lo hagas—Interrumpió dejando un húmedo beso en el costado de la ojiverde, quien había parecido dejar de respirar, sin embargo, volteó rostro levemente mostrando esa mirada depredadora que tanto la caracterizaba—Dejame ser tuya, solamente tuya—Susurró con la voz ronquecina exhalando aire cerca del oído de Lauren, quien se estremeció exhalando un suspiro volviendo a enterrar el rostro en la almohada y morderla para tratar de contenerse—Dejame ser tu mujer, tu esposa...—Mordió con sensualidad el lóbulo de su oreja mientras una de sus manos recorría su costado con lentitud.

—Vas a arrepentirte...—Advirtió la ojiverde tensa completamente.

—No veo donde está el arrepentimiento es ser tuya—Juguetonamente paso la punta de su lengua por una zona de su nuca, casi sin tocarla totalmente.

—Yo te advertí—Gruñó sintiendo a la castaña dejar suaves besos por la parte de atrás de su oreja hasta la lateral de su cuello.

La morena no sabía que estaba jugando con fuego, pero estaba empezando a descubrirlo cuando en un movimiento que me ella pudo ver se encontró bajo el cuerpo de la ojiverde, una de las manos de la mujer se sujetaba del colchón para no aplastarla con su cuerpo, mientras su otra mano la sujetaba del rostro, una de las rodillas de la pelinegra se encontraban entre sus piernas, casi rozando su intimidad, sin embargo, la mitad inferior de su cuerpo de la mayor lo presionaba contra el de la morena para inmovilizarla, mientras que el agarre que tenía en su rostro la hacía para que Camila no dejará de verla.

Su corazón latía fuertemente contra su pecho cuando los dedos de la mayor presionaban su rostro con fuerza, pero delicadeza, una mezcla de poder y adoración extraña, juntada al brillo depredador de la mirada verdosa de Lauren, quien la veía fijamente a los ojos, sus pupilas dilatadas, su rostro ardiendo sorprendentemente que ella misma podía sentir el intenso calor que irradiaba la mujer.

—¿Así me quieres tener?—Elevó su mano al rostro de la mayor, posando su palma en la mejilla de Lauren—¿Bajo de ti... Bajo tú control?—Decidíó jugar con el fuego inminente de la ojiverde, quien había elevado una comisuras de su labio en una sonrisa maliciosa qué hizo estremecer aún más a la castaña.

Lauren descendió levemente, mientras la mano que sujetaba el rostro de la recorría la suave extensión de las mejillas, mandíbula hasta el cuello de la morena, el cálido aliento de la mayor acarició su piel, sus rostros aún más cerca era una imagen impresionante.

Buscando a mi esposaWhere stories live. Discover now