Capítulo 8

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Estaba enfadada, ¡Finalmente había podido enfrentarse a Camila y resulta que está no se lo tomo enserio!, creyó haberla intimidado, y aunque no le gustaba atemorizar a gente creía que así la tomaría enserio, pero no, esa mujer parecía tener siempre algo debajo de la manga, ¡parecía conocer su furia casi como sus amigas la conocían!, ¿cómo era eso?, solo le podía dar la explicación de que esa mujer estaba asociada al diablo, tal vez por eso era famosa.

—Deja de resongar, Lauren—Pidió su amiga castaña con nerviosismo.

Lucía estaba preparando su comida cuando una furiosa ojiverde llegó a tocar su puerta, casi tumbandola, al abrirla, su amiga hecho a la casa casi corriendo mientras echaba pestes, no logró entenderle casi nada, la mujer parecía hablar en un idioma extraño donde una de sus palabras relacionadas con español era "perra, hija de perra, desgraciada", y lo demás, debería contratar un experto de lenguas antiguas, tal vez él pudiera descifrarlo.

—¡No lo haré!, hoy es una día de la mierda—Se quejó la ojiverde tirándose con desgracia al sillón de su amiga.

—No comprendí absolutamente nada de lo que dijiste al entrar, ¿podrías repetirlo?—Se sentó calmadamente al lado de la pelinegra quien estaba tirada como saco en su sillón.

—¡Camila Cabello!, ¡el jodido centro de todos los putos problemas!—Sollozó la pelinegra llevándose las manos al rostro soltando un quejido cansado, el cual fue amortiguado por sus manos.

—Oh... Ya, uhm—Se mordió el labio mirando a su amiga en su estado más lamentable—¿Qui-quieres arroz con leche?, hice un poco el día de ayer...

—¡Trae todo, por favor!—Exclamó la mujer estirando la mano y agitandola como si de un borracho se tratara.

—Al menos dijo por favor—Refunfuñó la castaña levantándose para dirigirse a su cocina dejando sola a la ojiverde y sus desgracias.

La ojiverde bufó al escucharla para después bufar y acomodarse mejor en el sillón, en un estado más lamentable para la misma, ¿por qué tenía que venir esa mujer desgraciada a alborotarle su mundo?, ¡estaba mucho mejor meses atrás cuando nadie sabía que estaba casada!

No siquiera le había importado la pantalla rayada de su teléfono, tampoco le importó que sus cosas en su maletín estuvieran arrugadas, y tampoco le importó de su mochila de guitarra, que apenas llegó la tiro al piso, en ese momento solo quería tumbarse en algún lado y esperar la muerte, aunque su muerte fuera una persona, la cual en un futuro podía ser también su fuente de vida.

***

Cantar, tocar, componer, hacer vida con sonido, crear emociones con letras y melodías, crear una fantasía a través de acordes, era lo que más le gustaba a Lauren, ella amaba la música con su alma, y por eso decidió ser maestra, decidió ser maestra para poder enseñar lo que ella más amaba, lo que la salvaba de la oscuridad de la sociedad, lo que la salvaba de las garras de la soledad, ella quería transmitir sus conocimientos, quería y amaba ver a sus alumnos perderse en el sonido que sus manos y materiales creaban, ella les enseño un mundo en el cual podían perderse si sus días iban mal.

Ya que ella cuando era pequeña, tuvo un maestro quien la metió poco a poco en aquel portal para un mundo de musica cuando su vida era un total desastre, la ayudo a distraerse de aquel mundo tan cruel que juzgaba sin concier realmente, la ayudo a sacar lo más profundo y doloroso en su alma para que está pudiera ser libre sin cadenas que la ataban a ser quien no era, cadenas que la ataban a hacerse pequeña para que nadie pudiera verla.

Ella creció, su tamañó de alma creció como nunca, aprendió a tocar piano, guitarra, batería, violín, el triángulo, las maracas, sonajas, aprendió a tocar con su cuerpo, aprendió a crear musica con chasquidos, aprendió a crear un mundo nuevo con solo usar su mente y la música, y ese era su propósito de vida, ayudar como ese maestro la ayudo a ella, ella quería dar ese mundo a sus alumnos.

Buscando a mi esposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora