Hate Me (Kookmin).

14 ‹ nightmare

El jarrón resbala por sus manos y se rompe en pedazos cuando se estrella contra el suelo, haciendo un sonido brusco que despierta a las figuras abrazadas sobre la cama.

Su alma está ardiendo, sintiéndose pesada de repente. Hiperventila mientras su nariz no para de percibir el potente aroma a café que aturde sus sentidos y lo hacen caer sobre sus rodillas.

Puede oír el sonido de su apenas latiente corazón. Sus dedos se ciernen sobre su rubia melena, que brilla bajo el cruel destello de luna llena.

Lo que creía muerto renace como ave fénix, resurgiendo de sus cenizas y aullando como un alma en pena que busca reconciliarse con la persona que lo acusó de pecador.

Jungkook lo mira retorcerse desde arriba, inexpresivo. Ha notado como sus pupilas danzan entre su tonalidad natural y una turquesa muy parecida al mar de las maldivas, dilatadas y nerviosas. Sabe que está demasiado conmocionado, por lo que se levanta e indica a su pareja que encienda la luz.

— ¿Q-Qué sucede?

Taehyung abre los ojos desmesuradamente cuando hay un nuevo aroma abrazando sus siluetas entre la oscuridad. Corre, encendiendo la luz cuando la vainilla es tan empalagosa y llamativa. Las notas a canela le traen desagradables recuerdos, pero lo que más agobiado lo tiene, es la forma en la que los ojos de su amado brillan como dos rubíes.

Jungkook es el único que no parece sorprendido, acuclillándose frente a Jimin y retirando un par de mechones adheridos a su frente sudorosa.

Sus pesadillas se han roto y sus piezas están encajándose en su corazón magullado. De repente, todo se esclarece.

Siente la presencia de su lobo correteando por su interior como un alma libre y joven, demasiado entusiasmado por descubrir el tesoro más buscado entre Piratas de un solo ojo.

— Sabías que la única forma de recuperar a tu animal interior cuando ya has renunciado a él... es...

— N-No lo digas, por favor —Jadea. El omega pelinaranja puede ver que sus ojos brillan al encontrarse con los de Jungkook.

— ¿Encontrando a tu destinado?

Se hace un ovillo, incapaz de enfrentar aquella sensación atropellada de querer saltar y aferrarse a sus fuertes brazos como si su vida dependiese de ello.

Jungkook se ríe amargamente, enriquecido por la sensación de estar tan cerca de él sin tener que adormecer a su propio alfa, como llevaba haciéndolo por años por medio de supresores.

— Joder, no quiero imaginarme lo horrible que es estar destinado a vivir conmigo por el resto de tu miserable vida. Me verás el rostro todos los días, incapaz de hacerme daño porque eso sería tu sentencia a muerte.

— Cierra el maldito hocico —Musita, tembloroso.

— Yo lo supe desde el día en que pisé tu casa y casi enloquezco con ese aroma tan dulce que tienes. Nunca le dije a nadie porque creí que nunca llegaríamos al punto en el que nos reconoceríamos como alfa y omega que están destinados a ser.

— Ya cállate —Masculla, entre dientes.

— Sabía que intentarías asesinarme, y siendo sincero, estaba enfermo por seguir guardando el secreto. Así que... Jimin, ¿qué piensas al respecto?

— Por eso sigo vivo, ¿no es así?

— Pues claro, ¿qué más esperabas?

El sonido de un arma cargándose rompe su burbuja. Taehyung tiene los ojos enrojecidos por las lágrimas y muy abiertos, su mano tiembla levemente mientras se alza y apunta a la cabeza de Park.