18 ‹ let me know

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Cuando las estrellas alumbran la acera y sus pies cansados perpetran su juicio, Taehyung casi se arrastra hasta que la música retumba en su pecho, mediocre y lenta.

Es una noche triste, una noche en la que su lengua pide beber algo pero el agua está fuera de sus intenciones.

El bartender le atiende rápidamente, entregándole un vaso de whiskey con hielos. Al fondo hay una pareja ebria hasta los codos y muchos alfas que rondan como buitres a los que parecen indefensos.

Su garganta escuece y sus ojos se encandilan perdiéndose en un foco que pronto fundirá. Su cuerpo se siente pesado por el agotamiento, después de todo, ha pasado horas trabajando en la oficina en busca de una distracción de su desamparado corazón.

Las horas pasan como el alcohol en sus venas, entorpeciéndolo al grado de casi caer cuando pretende bajar de su alto taburete y su pie resbala.

Por suerte, los brazos de Hoseok lo sostienen por la cintura.

— ¿Taehyung? ¿Qué haces aquí?

El omega eleva su mirada entristecida, nublada por las lágrimas que están estancándose en sus cuencas alargadas. El alfa se percata de las ojeras que se han descubierto debido al maquillaje desvanecido.

— Dios, eres un desastre. ¿Qué te ocurre?

— ¿T-Tú qué haces aquí, Hobi? —Sus palabras se alargan graciosamente. El alfa niega, tocando su frente.

— Estás ardiendo. ¿Has dormido siquiera?

— No quiero... no... a veces sueño con papá y mamá... —Al policía le toma desprevenido el momento en que la anatomía temblorosa entre sus brazos comienza a sollozar— E-Extraño a mis papás... E-Extraño a Kook...

— ¿Dónde están, Taehyung? ¿Quién es Kook?

— N-No lo sé... —Sus propios brazos rodean la cintura del alfa, buscando refugio en el calor de su pecho. Huele bien y es tan... cálido.

Jung no sabe qué hacer. Sus planes de beber un par de copas antes de volver a casa y tener una charla con su hermana sobre el trabajo exhaustivo e ineficiente se ven malogrados por ese muchachito ebrio que se ve tan destrozado y vulnerable.

Se pregunta quién le ha hecho tanto daño. La simple suposición hace que su sangre hierva por la rabia.

— Vamos a mi casa, no estás en condiciones de seguir aquí.

Taehyung no se niega. La situación es tan atosigante, desembocando en que rememore la primera vez que creyó en el amor a primera vista. Jungkook se veía tan bien ese día, con el cabello azabache y ojos desorientados, como un ciervo bebé.

Era una pieza perdida de un rompecabezas que nunca encajó con el suyo, pero que forzó hasta creer que lo hacía. Se pregunta si alguna vez fue verdad esa emoción por besarlo hasta que el amanecer llegaba.

Sus extremidades se entumecen por el frío, y Hoseok, al percatarse de ello, enciende la calefacción del auto.

— Jimin es tan bonito... —Murmura. El oficial le da una ojeada extrañada.

Después de descubrir que Jungkook le había ocultado que su destinado era ese detective, arisco y obstinado, su corazón se había deshecho al grado de desearle la muerte a quien más amaba. Odiaba y envidiaba a Jimin a partes iguales. Un omega privilegiado que encima le arrebató su posesión más importante.

Hate Me (Kookmin).Where stories live. Discover now